Crítica fuerte contra proyecto hidroeléctrico fuera de la capital chilena
Foto:Kajsa Jansson, Amanda Kujansuu
Chile. Un proyecto transnacional de construcción de centrales hidroeléctricas está poniendo en peligro el abastecimiento de agua potable de Santiago, junto con una zona grande en la cordillera, Cajón de Maipo, de gran valor natural. El proyecto recibe una parte de su financiamiento de Suecia a través de los inversiones de los fondos de pensión, y está fuertemente criticado por la organización ciudadana Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo (CCRM).
El proyecto Alto Maipo consiste en una ampliación de la energía hidráulica en el valle Cajón de Maipo, una hora de la capital chilena. Esta construcción implica el cambio de dirección de los cuatro ríos que atraviesan esta zona popular que anualmente es visitada por 2 millones de turistas. Además, el proyecto es controversial debido al túnel de 70 kilómetros que va a re dirigir los ríos desde su ruta original hacia los dos centrales hidroeléctricas que se va a construir.
Ya existen seis centrales hidroeléctricas en la región del Cajón de Maipo. El proyecto nuevo esta financiado por AES Gener de EEUU junto con financiadores nacionales, como el grupo Luksic - una de las familias empresarias más ricas de Chile.
Alto Maipo ha sido presentado como una oportunidad de trabajo para la población local, a la vez que va a proveer de electricidad sobre todo a la minera Los Pelambres en el norte del país, donde la localidad de Caimanes llevan 7 meses exigiendo que el grupo Luksic les devuelvan el agua.
El director general de AES Gener, Luis Felipe Cerón, describe Alto Maipo como "un proyecto clave para el desarrollo del país".
Sin embargo, según Nathalie Joignant de la organización CCRM es el caso contrario.
- Las estimaciones no corresponden con la realidad porque la cantidad de agua en los ríos no es suficiente. Además, Alto Maipo ha firmado un trato de vender parte de la energía producida al extranjero, sobre todo a Brasil y a Argentina.
"Un robo patentado"
El proyecto había prometido 2000 empleos, pero en realidad sólo dan trabajo a 160 personas, y la mayoría de ellas no son de la zona sino consiste en mano de obra extranjera.
- No es la crisis hídrica que está pasando acá, lo que está existiendo es un robo de agua, un robo patentando.
Joignant se refiere al hecho de que las empresas se aprovechan de los recursos nacionales de agua, libremente y sin control. Esto está de acuerdo con el actual código de agua, lo cual fue promulgado durante la dictadura de Pinochet. La ley privatizó todo el agua del país y le permitió a cualquier persona de hacer uso de los recursos sin control y a perpetuidad. Hoy día, Chile es el único país del mundo con esta privatización total del agua.
Otro factor que contribuye a la viabilidad del proyecto es el tráfico de influencia entre el gobierno y las empresas grandes. Varios ministros y parlamentarios tienen una historia de empleo en el grupo Luksic, algo que ha favorecido el proyecto.
- Esto tiene como resultado que las empresas tienen una influencia ilícita sobre las decisiones políticas acerca de Alto Maipo, dice Joignant.
CCRM ha llegado a ser el principal actor en contra de Alto Maipo. La organización, fundada hace ocho años, consiste en unas treinta personas junto con algunos expertos que usan su competencia para conseguir información sobre las consecuencias del proyecto. Todos los involucrados son voluntarios, y la organización también cuenta con el apoyo de miles de activistas que participan en las marchas. CCRM está presentando varias demandas contra el proyecto y al mismo tiempo trabaja con incidencia política.
El agua potable de la capital está en peligro
Uno de los sectores que van a verse más afectados del proyecto es el turismo exitoso del Cajón de Maipo, dado al desagüe de los ríos. Al cambiar la corriente de los ríos se rompe con el ciclo natural del agua, lo cual afectará severamente las lagunas y los glaciares de la zona. A largo plazo también pone en peligro el agua potable de Santiago, aumenta la desertificación y el riesgo de incendio, y afecta la agricultura cercana cuando el nivel del agua baja y deja secos los canales de riego.
También Suecia y las personas que ahorran su dinero en los fondos de pensión suecos están metidos en este proyecto polémico. Uno de los fondos suecos tiene grandes inversiones en AES Gener, lo cual significa que cuando los suecos pagan sus impuestos contribuyen de forma pasiva a un proyecto que pone en peligro una zona con naturaleza de gran valor y sus recursos de agua.
CCRM sigue luchando contra el proyecto que actualmente ha avanzado un 17 %. Todavía es imposible estimar la gravedad de las consecuencias y hasta qué nivel el proyecto afectará los habitantes de la zona y la gente en la capital. Nathalie Joignant concluye diciendo:
- El agua es el oro de la actualidad, no del futuro, de la actualidad!
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