Ambiente bueno y cálido en C.A.T.E
LatiCe
C.A.T.E. - Centro de Atención Técnico Especializado
Foto: Sara Sandberg
Uruguay. C.A.T.E es una actividad en Montevideo, algo así como una institución para personas con discapacidad intelectual.
Yo, Sara Sandberg trabajo como profesora de danza en Estocolmo y durante nueve días estuve en C.A.T.E dando seguimiento a sus actividades, pero también dirigiendo talleres de danza con sus alumnos.
La institución, es tanto privada como comunal, y funciona en una casa grande adonde hay actividades para todas las edades, de niños pequeños a adultos. En la planta baja hay una escuela para niños. No se usa ni curricula ni plan de estudios y tienen una cantidad mínima de profesores titulados, por eso ellos mismos no quieren llamarse escuela. Pero para mí tienen un funcionamiento similar a una escuela ya que los alumnos trabajan con ejercicios bajo la dirección pedagógica de un adulto.
En el piso de arriba se lleva a cabo una actividad parecida a la actividad diaria (daglig verksamhet le decimos en Suecia). En esto participan tanto jóvenes como adultos. En una de las habitaciones hacen joyas, que después venden por las calles y en mercados. Y en otra habitación fabrican en madera artículos útiles para utilizar a diario.
En Uruguay no hay escuela para personas con discapacidad que sean mayores de 14 años. Es entonces que muchos de ellos no saben adonde ir ni que hacer con sus días. C.A.T.E recibe a estos jóvenes/adultos y ellos pueden participar de estas "actividades diarias." Muchos de ellos han sido abandonados por sus padres y viven en orfanatos o instituciones parecidas, aunque para adultos.
Ana Maria Scampini es la directora y la que ha fundado C.A.T.E. Además, tiene dos viviendas en las que habitan muchos de estos jóvenes y adultos. Ana Maria es la entusiasta impulsora de estas actividades. A veces me pregunto, cómo habría sido la vida de todas estas personas de no existir C.A.T.E. La mayor parte de los alumnos de C.A.T.E están esparcidos por todo Montevideo, por eso hay un autobús escolar que los recoge a todos. Son muchos los alumnos que viajan en este autobús escolar y por eso éste debe recorrer toda la ciudad. Los alumnos pasan bastante tiempo en el autobús y no llegan a C.A.T.E hasta cerca de las diez y media.
Me parece que en C.A.T.E. hay un ambiente bueno y cálido. Cuando los alumnos se bajan del autobús escolar y van camino a la casa se los ve contentos y con expectaciones. Al personal se lo ve muy comprometido con sus alumnos. Y también dan la impresión de que les parece divertido y excitante que yo esté ahí y me dan la oportunidad de encontrarme con sus alumnos y bailar con ellos. Yo hablo muy poco español pero, sin embargo, confiaron en mí para que estuviese con sus estudiantes y diera mi clase de baile.
Interior de C.A.T.E
Foto: Sara Sandberg
C.A.T.E recibió una subvención, lo que se considera muy valioso para utilizarla en sus actividades. Una de las habitaciones está adaptada para el movimiento y las habilidades motoras. La sala la utiliza un fisioterapeuta que llega una o dos veces por semana para entrenar con los niños. También recibieron una subvención para un aula de informática con varios ordenadores que son ampliamente utilizados por todos ellos. Tienen un maestro de ritmo y un profesor de educación física que llegan a trabajar con los estudiantes. El profesor de educación física lleva a los niños una vez a la semana a una piscina donde reciben clases de natación.
C.A.T.E también tiene su propio psicólogo especializado que tiene contacto con los estudiantes y los padres de familia, y parece que juega un rol valioso e importante para la actividad. Las subvenciones son importantes ya que puedo ver claramente que los estudiantes son estimulados y activados.
Necesitan más dinero porque no tienen mucho material para trabajar durante el día y, también, medios auxiliares para simplificar la vida cotidiana. A mi me pareció, especialmente, que los estudiantes mayores con rasgos autistas, en ocasiones, estaban poco estimulados porque era difícil encontrar algo que hacer con ellos. Por eso creo que es, especialmente, importante encontrar medios auxiliares y materiales que faciliten una acción educativa personalizada. También es importante orientar la educación y el pensamiento pedagógico hacia estos destinatarios. Me dijeron que en Uruguay no existe actualmente ninguna formación en educación especial y, por eso, tienen que buscar por sí mismos el conocimiento adecuado, a través de Internet y libros, y también por medio de intercambio con otros países.
Entre el personal que trabajaba encontré una voluntad, creatividad e inventiva para encontrar actividades que pudieran adaptarse a sus destinatarios. Se reutiliza una gran cantidad de objetos cotidianos en sus actividades. Viendo lo que hacía volví con varias ideas para utilizar en mi trabajo. Espero que este contacto, así como el intercambio que tuvimos entre nosotros, continúe. El siguiente paso, espero que sea poder mostrarles cómo es que trabajamos aquí en Suecia y para continuar "intercambiando ideas" sobre el pensamiento pedagógico y la calidad de vida de las personas con discapacidad.
----------------------* Sara Sandberg es profesora de danzas en Kulturskolans Resurscenter y Studieförbundet Vuxenskolan en Stockholm.
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