Un decisivo examen para Evo Morales. Entre estabilidad económica y elecciones
Rebelión
El panorama y el debate político-electoral de 2019 en Bolivia estarán atravesados por estos aspectos internos y externos que permitirán al pueblo boliviano conocer y decidir sobre las propuestas y proyectos en pugna.
Después de conseguir importantes y positivos resultados sociales, económicos, sociales, culturales, políticos e internacionales en los últimos trece años, el presidente indígena de Bolivia, Evo Morales Ayma, debe rendir una importante prueba de su fortaleza y carisma cuando en éste 2019 se realicen las elecciones nacionales y él se presenta como el candidato favorito a repetir sus triunfos anteriores con 54% en 2005, 64% en 2019 y 61% en 2014, y cuando la economía, que creció sostenidamente de 2006 a 2018 en un promedio de 4.6% del PIB saltando de 9 mil millones a 40 mil millones de dólares, se encuentra en su momento de madurez y despliegue pleno.
Si bien el contexto y la coyuntura interna y externa son distintos a los de hace diez años y se han producido una serie de acontecimientos y crisis que han afectado al gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), éste ha respondido ventajosamente la situación, particularmente a la ofensiva de la oposición conservadora, sus medios de comunicación, la guerra sucia informativa y de redes, la crisis económica del capitalismo occidental desde 2008, la geopolítica regional y mundial, las agresiones del imperialismo y los cambios políticos en países de América Latina desde 2016.
De facto, desde el primer día del año se han lanzado las campañas políticas para las elecciones de octubre tomando en cuenta la nueva ley de partidos políticos que establece la realización de primarias que se realizarán el 27 de enero con la participación de nueve fuerzas partidarias, la movilización de sus militancias y la difusión de sus propuestas, en tanto que regionalmente el eje neoliberal conservador de Bolsonaro en Brasil, Macri en Argentina, Duque en Colombia y Piñera en Chile agita banderas de regresión y disolución de los proyectos de integración latinoamericana.
El panorama político-electoral
Si bien son nueve las candidaturas inscritas, serán solamente cuatro las fuerzas que muestran posibilidades ciertas de jugar un papel protagónico en la dinámica política: Movimiento Al Socialismo (MAS) con Evo Morales, Alianza Bolivia Dijo No (BDN) con Oscar Ortiz, Comunidad Ciudadana (CC) con Carlos Mesa y Movimiento Tercer Sistema (MTS) con Félix Patzi. Las demás: Partido Demócrata Cristiano (PDC) con Jaime Paz, Unidad Cívica Solidaridad (UCS) con Víctor Cárdenas, Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) con Virginio Lema, Frente Para la Victoria (FPV) con Israel Rodriguez y Partido de Acción Nacional (PAN) con Ruth Nina tienen esmirriada chance.
Una radiografía política permite advertir que las tendencias de la derecha conservadora, neoliberal y proimperialista se dividen entre las organizaciones más radicales como la de Oscar Ortiz que representa a las oligarquías y logias del oriente y los terratenientes que postulan el federalismo y cuenta con importantes bolsones de apoyo en Santa Cruz, Tarija y Beni; entretanto Carlos Mesa, aristócrata criollo y ex vicepresidente del gringo Sánchez de Lozada, se presenta como la “cara buena” del neoliberalismo buscando el respaldo de las llamadas plataformas ciudadanas que emergieron en los últimos dos años y que intenta convertirse, a iniciativa del imperialismo, en el candidato único de la oposición.
Félix Patzi, actual Gobernador de La Paz y ex ministro de Evo Morales, ha desarrollado una actividad intensa para promocionar su tesis del Tercer Sistema marcando distancia tanto con el gobierno como con las derechas tradicionales rechazando cualquier acuerdo con los políticos tradicionales y buscando posicionarse en la vida política con miras a un futuro potenciamiento ya que no tiene posibilidades de ganar las elecciones de este año, pero sí de conseguir un espacio propio en el mapa político boliviano.
El MAS junto a la Central Obrera Boliviana (COB), los movimientos populares, los sindicatos campesinos, interculturales y de mujeres, las organizaciones indígenas, vecinales y urbano-populares apoyan con firmeza a Evo Morales tanto por las políticas económicas y sociales que han transformado el país y conseguido reducir la pobreza y extrema pobreza en más de 50% y alcanzar resultados significativos en la redistribución de la riqueza con la nacionalización y recuperación de los recursos naturales y las empresas estatales privatizadas y el proceso de industrialización y fortalecimiento del mercado interno.
Las propuestas económicas
El MAS y los movimientos sociales sostienen que la política de dignidad, soberanía y antiimperialismo son la base de la política económica con la aplicación de los postulados de la nueva Constitución a través de la Agenda Patriótica que establece la estrategia de la autosuficiencia productiva, la redistribución de los excedentes, el papel fundamental del Estado en la economía, la industrialización de los recursos naturales, (litio, hidrocarburos y hierro), el desarrollo energético de alcance regional y la integración territorial y social plena de Bolivia.
Por su parte, con matices, Comunidad Ciudadana (CC) y Alianza Bolivia Dijo No (BDN) reivindican los postulados del neoliberalismo, el rol del mercado como el instrumento idóneo de la economía, la alineación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se oponen a las políticas económicas proteccionistas del gobierno de Morales. En el caso de BDN está presente el proyecto de federalización de Bolivia bajo el influjo de la influencia brasileña, mientras que CC postula el republicanismo liberal basado en el libre mercado.
Movimiento Tercer Sistema (MTS) parte de la crítica a la izquierda y la derecha, al capitalismo y el socialismo y reivindica el sistema comunal en los diferentes ámbitos de la vida social, económica, política y judicial y establece que las empresas comunales se constituirán sobre la base de la descolonización, la igualdad y la lucha contra la discriminación, reivindicando los valores de los pueblos indígenas.
La coyuntura regional y mundial
Cuando los proyectos de integración regional, como la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), se han frenado y a Bolivia le corresponden las Presidencias Pro Tempore durante 2019, el bloque conservador pro imperialista de Bolsonaro, Macri, Piñera y Duque han manifestado su política de frenar la integración regional. En ese marco Bolivia se encuentra presionada por los gobiernos de Brasil y Argentina que, además, son los mercados más importantes de la exportación de gas.
Sin embargo, la otrora dominación indiscutible de Estados Unidos en la región se ha debilitado tanto por el impulso nacionalista y antiimperialista de los gobiernos progresistas de los tres primeros lustros del siglo como por la presencia política y sobretodo económica de China, India y Rusia, países que tienen importantes acuerdos con el gobierno boliviano en los rubros mineros, militares, financieros e industriales.
El panorama y el debate político-electoral de 2019 en Bolivia estarán atravesados por estos aspectos internos y externos que permitirán al pueblo boliviano conocer y decidir sobre las propuestas y proyectos en pugna.
Eduardo Paz Rada. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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