Debido a las medidas de seguridad ante la pandemia, como para optimizar el proceso de capacitación en gastronomía, se dividió a las participantes en dos grupos para participar de los workshops. La formación es intensiva y en cada taller las participantes deben hacer entre 5 y 8 recetas en forma profesional, como si fuese para un restaurante. Se pretende así que el aprendizaje obtenido sea una mejor herramienta para el mercado laboral y los emprendimientos personales o colectivos que se irán gestando. Las participantes deberán también presentar un trabajo final al finalizar el módulo formativo.
La formación en gastronomía se relaciona con el trabajo de incidencia ya que se organizó la venta de los platos preparados en los talleres formativos, especialmente los que refieren a cocina boliviana. De esta manera se visibilizó al Colectivo Hormigón Armado en el contexto cercano al local del mismo. Además, todo ello tuvo repercusión en los medios.