Rosario De Gennaro
Hace poco, cuando concurrí a un prestigioso colegio de Buenos Aires a inscribir a mi hija, noté que la puerta de entrada principal no tenía los ajustes razonables (rampa por ej.) que permita la accesibilidad para las personas con discapacidad. Cuando pregunte al recepcionista por donde ingresaba una persona con discapacidad motriz, me dijo que «por el costado por donde ingresan las bicicletas» la invisibilidad de la persona con diversidad funcional puesta al nivel de un objeto «entrar por donde se entran las bicicletas» En una escuela que se caracteriza por alimentar a los estudiantes en su crecimiento como sujetos políticos, era invisible una barrera de accesibilidad que se convierte en una desigualdad marcada y por ende en una forma de violencia hacia una minoría. Pero esto que llamaba mi atención era natural. Estaba legitimado por omisión que así sea.
Quizás esto sea por la falta del reconocimiento de la discapacidad como una categoría social.
De qué hablamos cuando nos referimos a categoría social? Cohen, plantea que las categorías son resultado del pensamiento puro. Kant, existen tantas categorías como ideologías .Categoría social es llamado el conjunto de personas que poseen un atributo común, como por ejemplo, el sexo, ocupación o actividad. Es la clasificación de personas o individuos que comparten alguna característica común pero no produce conciencia de identidad de grupo ni interacción.
Esta categoría analítica surgió para explicar las desigualdades entre hombres y mujeres, poniendo el énfasis en la noción de multiplicidad de identidades, por ej. Feminismo. Para hablar de una construcción de la discapacidad como categoría social debemos hacer prevalecer entonces las desigualdades sociales de este conjunto por delante de la multiplicidad de identidades que componen el colectivo. Y en esta instancia reconstruir una identidad superadora que nos aúna en una lucha conjunta.
Y aquí me surgen estas preguntas: ¿Cómo crear conciencia en el sujeto para que transforme su reclamo de «asistencia» en un reclamo por sus derechos? ¿Cómo decodificar las demandas para transformarlas en sustanciales y potenciales reclamos explícitos del cumplimiento de derechos?
Una de las respuestas puede ser la construcción de la persona con discapacidad en un sujeto político.
La construcción del sujeto político:* un sujeto político*: persona con discapacidad. Capaz de
revelarse contra el modelo Neoliberal que ve a las pcd como un apéndice necrótico de la sociedad, gente improductiva que genera un gasto, y no como violencia en el sentido amplio que se expresa en desigualdad, económica, laboral, educativa y acceso a salud etc. Se trata de crear conciencia crítica en estas prácticas de las desigualdades cotidianas.
Cómo lograr identidad colectiva:
¿Cómo pensamos las identidades que se reconocen como diversas en la discapacidad? ¿Cómo evaluar las diferencias? Estas otras preguntas son necesarias para pasar a una instancia que nos permita pensar en un proyecto político de emancipación de la persona con discapacidad que piense en erradicar un modelo médico hegemónico funcional a la política neoliberal y que deje de lado la heteronormativa como modelo. Para esto es necesario pensar en un sujeto que a pesar de las diferencias individuales tenga objetivos políticos comunes. Pasar a ser sujeto político con convicción, ideales, capacidad reflexiva crítica, con un gran sentido del servicio social encausado en la construcción de ciudadanía y sociedades consientes de nuestras necesidades y realidades.
Como puntapié a emprender este camino necesitamos relevar la autopercepción de las personas con discapacidad, y la influencia externa en la construcción de sentido en esta autopercepción. Poner como ejes de trabajo la búsqueda de una nueva construcción de sentido en la temática de discapacidad que contribuya al surgimiento de una categoría social que nos permita el empoderamiento como sujetos políticos de la discapacidad es entonces la tarea y el gran desafío que tenemos por delante.
#nadadenosotrossinnosotros