Con alas que llevan al mundo de los adultos
latiCe
Traducción: Carla Zaida Labarga
"Dame alas para volar" es el nombre del nuevo proyecto destinado a jóvenes con discapacidad de entre 12 y 15 años y sus padres. Los adultos jóvenes con discapacidad participan como futuros mentores.
- Hay un dicho que dice que "si alguien tiene hambre, no hay que darle un pescado, sino enseñarle a pescar", dice Ludwig Persson, de 19 años, que está siendo entrenado para ser mentor para los más jóvenes. Él sostiene que, como mentor no puede decirles como y que es lo que tienen que hacer, sino que tiene que darles la oportunidad de probar y cometer errores, para que ellos puedan aprender por sí mismos.
Nos cuenta que si el hubiera tenido a alguien a quien confiar, admirar o alguien que le enseñara cosas nuevas, seguramente el camino a la adultez le hubiera resultado más fácil. Ludwig nació con parálisis cerebral y junto con otros jóvenes con discapacidad ha seguido una capacitación para ser mentor, en el proyecto "Dame alas para volar" en Uppsala.
- Para los jóvenes con discapacidad, es, en muchos sentidos, "mucho más difícil el paso a la adultez que para otros jóvenes", dice la directora del proyecto Eva-Lena Söderlund, una terapeuta en el área de rehabilitación de Uppsala. "Ellos necesitan a menudo más apoyo y orientación de su entorno para poder vivir una vida más independiente y tomar ventaja de sus derechos". "Ellos necesitan poder discutir con otras personas en igual de condiciones, tener conocimiento sobre lo que es discapacidad, y encontrar estrategias que se adapten a su vida cotidiana" nos dice Eva.
Ahora sabemos que muchos de los jóvenes con este tipo de discapacidad también tienen dificultades cognitivas, puede tratarse por ejemplo de problemas de memoria, concentración, el control de impulsos y planificación, Eva-Lena Söderlund. Es importante los conocimientos que tenemos en este proyecto.
Como modelo, Ludwig quiere mostrar que una persona no tiene por qué limitarse solo por tener una discapacidad.
- Yo mismo he recorrido un largo camino, y he superado así muchas cosas, a lo que muchas personas en mi entorno se mostraban escépticas, de si podía lograr o no. Puedo jugar golf y baloncesto en silla de ruedas, y tengo licencia de conducir. Quiero decir que, 'No hay que ponerse límites, porque de esa manera todo parecerá imposible, por el contrario hay que buscar el mejor camino a seguir para lograr lo que uno quiere'.
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