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Energía eólica vs. termoeléctrica

Noticias Aliadas
Gabriel Canihuante

Situada en el centro norte del país, la región de Coquimbo -cuya población bordea los 600,000 habitantes- se enfrenta al dilema de producir energía limpia pero de menor productividad como es la eólica o producir energía convencional que es contaminante pero más productiva, como las centrales termoeléctricas cuyo combustible sería el carbón.

Energía eólica vs. termoeléctricaSegún datos del gubernamental Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), actualmente hay 11 proyectos de plantas eólicas que podrían llegar a producir en un corto plazo más de 1,100 megavatios (MW). Seis de esos proyectos ya fueron aprobados por el SEIA; el resto está en evaluación y la perspectiva es que sean aprobados.

Con una inversión cercana a los US$2.3 millardos, estos proyectos harían que la región "se transforme en productora de energía que abastecerá por sobre la demanda regional y aportará a otras regiones energía limpia", señaló en conversación con Noticias Aliadas el secretario regional ministerial de Minería y Energía para la región de Coquimbo, Antonio Videka.

Con la proyección de estos campos eólicos —por ahora sólo funciona uno, Canela, cuyos 11 molinos tienen capacidad instalada de 18.15 MW—, se busca diversificar la producción de energía nacional, basada en recursos hídricos y en termoeléctricas que se abastecen de carbón, diesel y gas, este último importado desde Argentina. En cuatro o cinco años, cerca de 570 molinos de tres aspas cubrirán diversas zonas rurales, principalmente costeras, en cinco de las 15 comunas de esta región.

Otra energía "verde" que está ganando impulso en la región son las minihidroeléctricas.

"Hace un año y medio inauguramos la primera minihidroeléctrica de la región en el valle del Elqui, con una interesante asociación entre empresarios privados. Ha dado muy buen resultado y ya se está proyectando una segunda minihidroeléctrica en otro embalse [La Paloma, en el valle del Limarí]".

No a las termoeléctricas

No obstante esta posibilidad de abastecerse de energía alternativa, como la eólica, la solar y las minicentrales hidroeléctricas, las autoridades regionales deben evaluar —para su aprobación o rechazo— la producción de energía convencional mediante la instalación de plantas termoeléctricas en la comuna de La Higuera. al norte de La Serena.

Esta eventualidad ha generado desde hace un par de años un movimiento masivo de rechazo impulsado por diversas comunidades locales y que ha encontrado apoyo en sectores políticos, religiosos y en diversas organizaciones ambientalistas. Uno de esos proyectos, que funcionaría a diesel, ya fue aprobado; otro se retiró del sistema de evaluación ambiental porque se presumía su rechazo y otros dos están siendo evaluados.

El dilema que enfrentan las autoridades se explica porque con una sola de las termoeléctricas (Barrancones) se producirían 540 MW, con una inversión de $1.1 millardos. Es la mitad de lo que producirán los 11 proyectos eólicos, con una inversión total de $2.2 millardos.

"Nos oponemos por razones ambientales a las termoeléctricas, porque producirán energía para la gran minería del cobre y en esta zona no hay esa producción. Aquí tenemos la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt (un área silvestre protegida por el Estado) y también una Reserva Marina (Isla de Choros), en las que se concentra el 80% de los pingüinos de esta especie", sostuvo Rosa Rojas, educadora, empresaria turística y presidenta del Movimiento de Defensa del Medio Ambiente de La Higuera (MODEMA).

En este ecosistema hay una gran producción de huevos y larvas de la fauna marina local. Además de los pingüinos —en peligro de extinción a nivel mundial—, en esta región hay gran cantidad de aves, delfines nariz de botella, lobos marinos, nutrias y otras diversas especies, e incluso se avistan ballenas.

Las empresas termoeléctricas han declarado en sus estudios de impacto ambiental, presentados a la estatal Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA), que durante el proceso de producción las plantas absorben enormes cantidades de agua del mar para enfriar sus instalaciones y luego la devuelven con una temperatura mayor de 6 a 10 grados centígrados. Algunos especialistas sostienen que este cambio en la temperatura de las aguas provocaría efectos sobre procesos fisiológicos y ecológicos, los cuales podrían tener repercusiones en la biota marina.

Rojas añade que "hay que considerar la contaminación del aire. Los habitantes del pueblo de Los Choros y la aldea de pescadores de Punta de Choros están dispersos, pero la mayor parte está en el radio de contaminación del aire que provocarían las plantas. Seríamos afectados pescadores, agricultores, criadores de ganado caprino y quienes vivimos del turismo", sostiene.

Como los proyectos de las termoeléctricas se presentaron al SEIA en forma aislada, los representantes de MODEMA exigieron al gobierno regional "un estudio de efecto combinado". La Universidad Católica del Norte (Sede Coquimbo) realizó una investigación en el segundo semestre del 2008 y su resultado fue un documento de 400 páginas que generó discrepancias entre los científicos locales.

Entre las decenas de conclusiones el estudio señala que las centrales no tendrían efectos negativos sobre la fauna y flora marina provocados por la evacuación de agua más caliente de lo normal. Sin embargo, dos académicos de esa universidad —Wolfgang Stotz y Armando Mujica— discreparon públicamente y pidieron que sus nombres no avalaran las conclusiones del estudio.

"…se hicieron conclusiones generales con las cuales no estoy de acuerdo", declaró Mujica a un medio local y sostuvo que emitió su opinión "respecto a ciertas discrepancias que no reproducían lo que yo había entregado", pero no las especificó. Palabras similares se conocieron del otro académico, Wolfgang Stotz.

Por su parte, el geólogo Jorge Oyarzún, académico de la Universidad de La Serena, en carta al semanario local Tiempo, manifestó su preocupación por estas centrales y los "efectos atmosféricos de sus emisiones aéreas (con elevada tasa de emisiones prevista) y la acumulación de sus depósitos de cenizas" provocadas por la combustión de carbón. Estas últimas contienen, según el profesional, "diversas concentraciones de elementos químicos como berilio, boro, níquel, germanio, arsénico, plomo, vanadio"

Vivir en el humo

Jan van Dijk, pescador artesanal y extractor de mariscos, es un holandés radicado con su esposa en la comuna de La Higuera desde 1993. En conversación con Noticias Aliadas señaló que "Holanda es un país sumamente industrial, de mucha contaminación. Yo caminé por los bosques de Holanda que están muertos por la lluvia ácida. Tuve la suerte de conocer los lagos en Escandinavia, en Suecia y Noruega, lagos que están muertos por la lluvia ácida. Sé lo que significa vivir en el humo y eso me llevó a salir de mi país y a buscar un lugar limpio, sin contaminación, tranquilo y bonito. Lo encontré en Los Choros"

"La Higuera es el peor lugar para las termoeléctricas, es como si las instalaran en el Parque Nacional Torres del Paine (uno de los principales atractivos turísticos del país, ubicados en la Patagonia)", acusa van Dijk, también representante del MODEMA.

Van Dijk y Rojas coinciden en señalar que técnicamente no se deberían aprobar los proyectos; si lo hacen será un escándalo y "tendremos que ir a los tribunales"

En relación con las termoeléctricas, Videka precisó que la tarea de quienes deciden aprobar o rechazar proyectos de este tipo implica considerar muchos elementos de juicio, mucha información y tomar en cuenta la opinión de las comunidades.

"No estamos ahuyentando la inversión, pero tampoco estamos dando carta blanca a la inversión privada", añadió.

A su juicio, a nivel nacional, "falta en nuestra legislación definir qué áreas se podrían sacrificar. No todos los territorios son iguales; ya tenemos —por inversiones previas— territorios que lamentablemente están intervenidos".

El dilema es energía limpia (eólica) pero de menor productividad como es la eólica v/s energía convencional que es contaminante pero más productiva, como las plantas termoeléctricas. Esto se explica porque con una sola de las termoeléctricas (Barrancones) se producirían 540 MW, con una inversión de 1.100 millones de dólares. Es la mitad de lo que producirán los 11 proyectos eólicos, con una inversión total de 2.190 millones de dólares.



Publicado: abril 2009

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