Industria del salmón afecta Patagonia
Comunicaciones Aliadas
Mientras un mortal virus continúa plagando la alguna vez próspera industria del salmón, los productores están instalando sus criaderos en aguas de la Patagonia, más limpias y menos abarrotadas.
Aunque la expansión hacia el sur podría impulsar las estancadas ganancias por exportaciones, los críticos advierten que esto significaría problemas para el medio ambiente, poner en peligro a los pescadores locales y afectar la creciente industria del turismo en el extremo sur de Chile.
En el 2006, la industria de la crianza del salmón y la trucha obtuvo una ganancia récord de US$ 2.2 millardos, rematando una impresionante carrera de 15 años durante los que la producción se expandió en un increíble 2,200%. Sólo entre el 2003 y el 2006, las ganancias por exportaciones crecieron en 22% en promedio al año, generando predicciones de que muy pronto Chile sobrepasaría a Noruega como el principal productor del mundo.
Pero desde entonces el salmón, llamado "oro naranja", ha perdido mucho de su brillo. A principios del 2007 empezaron a surgir informes acerca de una grave infestación de piojos de mar, o Caligus, crustáceos parásitos que se pegan a los peces, produciéndoles graves lesiones que reducen su valor de mercado, detienen su crecimiento y los dejan propensos a una variedad de enfermedades, en algunos casos fatales.
En julio del año pasado, los investigadores confirmaron la presencia en aguas chilenas de una de esas enfermedades: la anemia infecciosa del salmón (ISA por sus siglas en inglés), un virus altamente contagioso que puede ser letal para los peces pero no afecta a las personas.
Descubierto por primera vez en una piscigranja en la isla de Chiloé, el ISA se ha propagado desde entonces en toda la X Región —que continúa albergando la mayor producción de salmón del país—, así como en la XI Región.
(Foto: Benjamin Witte)
En total, más de 70 piscigranjas han sido afectadas con la enfermedad, las que, junto con los elevados precios del petróleo y la caída del dólar estadounidense, ha llevado a una desaceleración de la industria. Las ganancias por exportaciones en el 2007 crecieron en sólo 2%. Este año el crecimiento se ha estancado. Como resultado, los operadores han cerrado granjas y plantas de procesamiento, y despedido a más de 2,000 trabajadores.
"Hemos tenido varias crisis en la historia de la industria. Yo diría que esta es una de las tantas crisis que hemos tenido", dijo Carlos Odebret, de Salmón Chile, la asociación de productores privados de salmón. "Cada vez que nos encontramos con un nuevo virus, con una nueva bacteria, que está en un medio marino, es muy difícil poder controlar. El medio acuático es tan complejo como controlar el aire".
El atractivo de la Patagonia
Para escapar de las sobrepoblados e infestadas aguas de la X Región, los productores están mirando a las regiones XI y XII, conocidas respectivamente como Aysén y Magallanes. Según el Ministerio de Economía, actualmente hay pendientes unos 1,000 pedidos de concesiones para granjas de salmón en el extremo sur de Chile. En el caso de Magallanes, más de 900 de esos pedidos fueron presentados el año pasado, una cifra sorprendente considerando que en los últimos 20 años el Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA) sólo procesó unas 500 solicitudes. Actualmente Magallanes representa únicamente el 1% de la producción total de la industria.
"La expansión de la industria es extremadamente importante. No sabemos qué va a pasar hoy día con esta crisis internacional. Ni los estadounidenses lo saben ni nosotros tampoco. Pero evidentemente la demanda mundial de productos del mar va creciendo. Y crecer a otra zona es muy importante para poder satisfacerla", manifestó Odebret.
"Pero lo importante es cómo uno crece. No podemos crecer de la misma forma como crecimos antes", agregó.
Sin embargo, no todos están tan entusiasmados con el impulso hacia el sur de la industria. En junio pasado, las autoridades de la XII Región revelaron que el virus ISA ha saltado la frontera con Aysén en su ruta hacia Magallanes. Aunque el descubrimiento parece ser un caso aislado, el explosivo anuncio sirvió para movilizar a la resistencia local.
Resistencia local
En Puerto Natales, cerca del famoso Parque Nacional Torres del Paine, en la Patagonia, representantes de empresas pesqueras y turísticas locales lanzaron la Coordinadora Social Patagonia Sin Salmoneras (CSPSS).
Convencidos de que las granjas de salmón perjudicarán el medio ambiente, ahuyentarán a los visitantes y sacarán del negocio a los pescadores locales, el grupo está demandando una "moratoria" en la expansión hacia el sur de la industria salmonera. En Punta Arenas, un sindicato de capitanes de barco está haciendo lo mismo.
"Nosotros vemos con mucha preocupación cómo ellos se instalaron con plena libertad en las Regiones X y XI, y vemos los resultados. Y eso es lo que nos preocupa. Los resultados que hay allá no queremos que se vengan a reflejar o que sean reflejo en nuestra región", dijo el senador Nelson Ávila, del Partido Radical.
SalmonChile insiste que las cosas son diferentes, y ahora que la industria ha aprendido de sus errores del pasado —con una nueva legislación y recursos prometidos por un equipo de trabajo recientemente nombrado— está preparada para expandirse responsablemente. Con ello está de acuerdo el Ministerio de Economía, a cargo del equipo de trabajo y que ha prometido, por ejemplo, empezar a regular el uso de antibióticos por parte de la industria.
"El turismo, el medioambiente, los pescadores artesanales y la salmonicultura tienen que saber coexistir en buena forma", afirmó Juan José Soto, asesor del ministerio e integrante del equipo de trabajo. "Y eso el gobierno lo tiene súper claro, especialmente en la XII Región, que van a haber zonas sólo para el turismo, zonas reservadas sólo para los pescadores artesanales, y zonas que van a ser reservadas para la salmonicultura. La salmonicultura no puede crecer ni puede ser sustentable si no convive con el medio ambiente". —Noticias Aliadas..
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