Con el foco en la maternidad adolescente y la mortalidad materna
LatiCe
Manifestación para visibilizar la mortalidad materna
El 27 de mayo el equipo de LatiCe en colaboración con Svalorna Latinamerika, RFSU Stockholm, Amnesty y WRA organizamos una manifestación en Sergel Torg, frente a la Casa de la Cultura de Estocolmo, para visibilizar la mortalidad materna en el mundo.
Por la tarde, presentamos un documental nicaragüense, De Niña a Madre, en el que se le da seguimiento a tres adolescentes (la menor de sólo 14 años) que quedan embarazadas y deben asumir su rol de madre a una edad que no es la propia.
Las cifras que presenta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la maternidad adolescente en los países de América Latina y el Caribe son alarmantes. Entre 25 y 108 de cada 1,000 jóvenes de 15 a 19 años son madres. La mayor proporción de embarazos adolescentes de la región se registra en varios países de Centroamérica como Nicaragua, Honduras y Guatemala, así como en Venezuela, República Dominicana y Ecuador. Las complicaciones en el embarazo y el parto son la primera causa de muerte de adolescentes de entre 15 y 19 años en los países pobres y en vías de desarrollo. El riesgo de morir durante el parto de las jóvenes de edades entre 15 y 19 años es dos veces mayor que el de las mujeres de 20 a 30 años. Este riesgo es cinco veces mayor en las menores de 15 años. En el mundo, la principal causa de muerte de adolescentes de 15 a 19 años son los embarazos tempranos, sus riesgos y complicaciones.
Existe, por lo tanto, una clara relación entre los embarazos adolescentes y los abortos inseguros. La organización Mundial de la Salud señala que en América Latina se practican 3´700.000 abortos inseguros y que el riesgo de morir a causa de un aborto es de 370 por cada 100.000 casos. En el mundo mueren anualmente a causa de un aborto inseguro 68.000 mujeres lo que equivale al 13% de la mortalidad materna. En América Latina, el aborto inseguro es responsable del 17 % de las muertes maternas. Dos tercios de los abortos que se practican anualmente corresponden a mujeres de entre 15 y 30 años. En América Latina más del 50% de los abortos se practican a mujeres de entre 20 y 29 años y casi el 70% a mujeres menores de 30 años. En Nicaragua, la situación no es diferente. Según declaraciones del propio gobierno en 2010 dos de cada diez muertes maternas ocurridas en el país, son debidas a abortos inseguros. A la mortalidad materna se suma la mortalidad de los niños huérfanos menores de 5 años. Todo ello contribuye a que en algunos países resulte muy improbable que se llegue a cumplir con la meta de reducir las cifras de mortalidad materna e infantil para el 2015.
El acceso al aborto terapéutico, especialmente cuando se trata de salvar la vida de la mujer embarazada, es un principio universal y aceptado en la gran mayoría de los países que forman parte de las Naciones Unidas. Son sólo 5 países los que prohíben la interrupción del embarazo, aunque cuando llevar a término la gestación pueda significar la muerte de la madre: El Salvador, Chile, Ciudad de El Vaticano, Honduras y Nicaragua.
En Nicaragua, sin embargo, existía la posibilidad de realizar un aborto terapéutico desde fines del siglo XIX pero a partir de 2006 es ilegal la interrupción del embarazo bajo cualquier circunstancia. No puede esto considerarse más que un retroceso deplorable, un atentado a los derechos humanos de las mujeres. Por todo esto fue que las organización nombradas al inicio nos unimos en Estocolmo en un esfuerzo común para visibilizar la situación de las madres adolescentes, de los embarazos no deseados en Nicaragua y de la mortalidad materna los países pobres y en vías de desarrollo. Ese fue nuestro homenaje a las madres. Pero en Nicaragua hubo una celebración diferente. Hubo un mensaje pastoral de los obispos pidiendo que se analizara el código de la familia a la luz del Evangelio. Los obispos expresaron de nuevo su rechazo al aborto y se pronunciaron a favor de la vida, independientemente de las dificultades que puedan enfrentar las madres. Y, además, exhortaron a las mujeres que han abortado, "a enmendar el error cometido." Lo que, en otras palabras, parece significar "subsanar los daños". Cuanto más leo y releo el mensaje de los obispos nicaragüenses menos entiendo de qué manera pretenden que las mujeres que hubieran abortado reparen los daños de su acción. Y me pregunto si lo que quieren decir es que las están culpabilizando. Por otra parte, no sería esto raro ya que suele culpabilizarse a las víctimas a la vez que se invisibiliza a los verdaderos culpables. Porque lo cierto es que fue una decisión política errónea la que en 2006 llevó a la prohibición del aborto terapéutico. Y para reparar los daños que está ocasionando en la vida tantas mujeres nicaragüenses deberían ser los políticos quienes se hagan un examen de conciencia que los llevara a "a enmendar el error cometido." Porque está claro que la prohibición del aborto terapéutico se tomó bajo influencia de la iglesia católica y olvidando que, según su constitución y desde 1893, Nicaragua es un estado laico. Ninguna iglesia o confesión religiosa toma parte o interviene en el gobierno de un estado laico. En mi opinión es hora de que el gobierno de Nicaragua no contravenga a su propia constitución y respete este precepto, que al igual que el derecho a realizar un aborto terapéutico, convirtieron a Nicaragua en 1893 en un país moderno.
Fuentes
- Derogación del aborto terapéutico en Nicaragua y sus consecuencias para la salud, OPS/OMS-Nicaragua
- Adital, Muertes maternas llaman la atención sobre reforma de la Ley antiaborto
- OPS/OMS, Conversatorio sobre el aborto terapéutico
- Obispos piden analizar Código de Familia a la luz del Evangelio
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