Prevenir la explotación sexual infantil en Nicaragua
Foto de Berenice Morgan: Izq. Mayra Aguilar Pérez
Durante su visita a Estocolmo con motivo de las actividades para visibilizar la mortalidad materna tuvimos oportunidad de conversar con Mayra Aguilar Pérez, responsable de programa en Nicaragua de la organización sueca Svalorna Latinamerika.
Mayra nos contó que Svalorna apoya en Nicaragua un programa para promover los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes. Y que actualmente están iniciando la segunda fase de trabajo que enfoca en la prevención de la explotación sexual comercial a niños y niñas y adolescentes.
Cuando le preguntamos sobre la magnitud de este problema en Nicaragua nos responde que se trata de una problemática muy grave por los daños que ocasiona, pero que todavía no existe ninguna estadística al respecto aunque sí existe un registro de este tipo de delitos en la policía nacional. El problema, agrega, es que debido a que la explotación sexual como tal ha existido desde antaño no se la concibe como problema. Se la conoce como prostitución infantil pero, en realidad, no se puede hablar de prostitución infantil porque no es una decisión de los niños, niñas y adolescentes sino que hay una situación en la que personas adultas se aprovechan de la problemática de las niñas, niños y adolescentes y por eso hablamos ahora de explotación sexual comercial para evidenciar así la relación abusiva de poder que hacen los clientes -que siempre son invisivilizados- de los niños, niñas y adolescentes, que son culpabilizados. Y nos explica que hay cuatro manifestaciones de la explotación sexual comercial: la pornografía infantil, el turismo con fines sexuales, las actividades sexuales con adolescentes mediante pago y la trata de personas. Y aclara que Svalorna va a trabajar con las organizaciones locales para visibilizar la problemática y que la gente la asuma como un delito, como una violación de DDHH, como una forma de violencia de género.
Mayra agrega que todos estos constituyen una serie de delitos que han sido tipificados como tal hace pocos años. En el actual código penal de Nicaragua se establecen penas fuertes que van de 2 a 12 años para algunos de estos delitos. Y enfatiza que existe en el país voluntad de tipificar estos delitos y de perseguirlos pero que la dificultad radica en cómo se perciben estos delitos. La trata de personas, en Nicaragua, por ejemplo, se considera a Nicaragua como un país de origen, o sea que las niñas y adolescentes se las lleva a Costa Rica o a Guatemala, pero todo se hace en forma enmascarada. Les ofrece, por ejemplo, un trabajo y les dicen que las van a trasladar, que les van a pagar bien y las chavalas se van con la ilusión de que les van a pagar pero la cadena es como imperceptible porque quien llega a la comunidad es una persona desconocida, las conquista y las relaciona con quien las va a sacar del país y éste, el que las va a trasladar de un país a otro, las lleva y comúnmente las deja en Guatemala, por ejemplo, en prostíbulos, cantinas, night clubs, centros de masajes. Si las llevan legales, les quitan sus pasaportes, sus documentos y es una forma de esclavitud moderna. Es una cadena difícil de identificar. Lo mismo pasa con la pornografía infantil, ya ha habido casos que han sido castigados pero como eso vos lo hacés en tu casa, en la computadora, ¿cómo hacemos nosotros para saber que usas niños y niñas en pornografía? Es un delito muy difícil de descubrir porque se hace siempre en el ámbito privado. Mayra no se desmoraliza con las dificultades y nos reitera que se está trabajando en ello y que hay un hombre de nacionalidad sueca que ya fue condenado a 19 años de prisión por este delito, le dieron seguimiento y lograron apresarlo entre Costa Rica y Nicaragua.
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