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Poesía y política en Colombia

Emil Erdtman
LatiCes översättare. Claudia García

Con sentimientos y palabras se interpreta el desarrollo del país y del mundo. Lo que no es inofensivo. Paz, verdad y libertad son ejemplos de palabras que desafían.

Desde 1991 se organiza en Medellín, la segunda ciudad importante de Colombia, un gran festival internacional de poesía. En el 2006 se le concedió a esta iniciativa el premio nobel alternativo, el conocido como Right Livelyhood Award, y el congreso de Colombia le ha concedido el status de herencia cultural. Este año tendrá lugar el vigésimo festival. La poesía genera espacio para la paz y la libertad de expresión en uno de los países del mundo que más sufre los efectos de la guerra.

Cuando el viajero sueco Georg Dahl en la década de 1930 arribó a Medellín, la pequeña ciudad de montaña, se sintió impresionado por el humor y el espíritu empresarial de sus habitantes. En esos entonces era ésta una pequeña ciudad de montaña aislada con casa pintadas de cal y no más de 100 000 habitantes. Hoy Medellín es una ciudad grande y moderna con unos 4 millones de habitantes, muchos de los cuales son refugiados internos, a consecuencia de los 40 años de guerra civil que, desde hace 40 años, asola Colombia. Los refugiados habitan en las pendientes de la montaña a donde desde hace algunos años se puede viajar en un teleférico con el mismo boleto que se usa en el metro. Desde las alturas no se ve la ciudad tan blanca como en el tiempo de Dahls sino más bien rosada debido a la combinación de la niebla con los edificios de ladrillo. Pero lo que no parece haber cambiado desde 1930 es el carácter empresarial y el humor de sus habitantes. Tal vez incluso los poetas tengan estas características. ¿Cómo se puede entender sino que se haya organizado el primer festival internacional de poesía de 1991, en medio de la ardiente guerra entre narcotraficantes?

El narcotraficante Pablo Escobar gobernaba en la ciudad -y hasta cierto punto en el país En 1990 la izquierda asesinó a los dos candidatos a presidente, Jaramilla Ossa y Pizarro. Chicos pobres de los suburbios aceptaban trabajar como asesinos a sueldo y Escobar pagaba bien por cada policía muerto. Fue una época de terror y horror - o de devastación espiritual, como dicen los poetas. Fernando Rendón y Gabriel Jaime Franco eran cercanos al círculo de la revista de poesía Prometeo que, por entonces, organizaba el festival de poesía.

-Queríamos romper la espiral de violencia y atacar al terror con belleza, nos cuenta Ángela García que también pertenecía al grupo. En la actualidad vive en Malmö y me entrevisto con ella antes de viajar a Medellín en el verano del 2009.

-Al principio la violencia era el trasfondo de todo, pero en medio de todo el festival un espacio de silencio, dice Ángela. El silencio era necesario porque es una parte importante de la poesía, señala.

Desde que el festival comenzó han sido más de mil los poetas de 150 países diferentes los que han leído poesías por la ciudad. En 1998 la audiencia llegó a 120 000 personas, a pesar del Mundial de Futbol y de las elecciones presidenciales. Los organizadores estimaron que en el 2002 esta cifra había aumentado hasta los 180.000. Desde entonces la audiencia ha bajado algo. Pero es sorprendente que la mayoría sean jóvenes, el ochenta por ciento de la audiencia tiene entre 15 y 25 años, según una fuente. Algunos jóvenes andan a la caza de autógrafos y hasta yo mismo fui algunas veces tomado por poeta extranjero. Entre las personalidades más famosas que han llegado A Medellín a través de los años hay que citar al sirio Adonis (Ali Ahmed Said), el nigeriano Wole Soyinka, el nicaragüense Ernesto Cardenal y el italiano Edoardo Sanguineti. Entre los poetas suecos que han participado hay que nombrar a Lasse Söderberg, Karin Bellman y Bengt Berg.

En el 2009 la representante de Suecia fue Agneta Falk, la que se lamenta por no ser ni conocida ni publicada en Suecia. Algo que ella atribuye a un error propio.

- Pero soy muy conocida en Albania, dice y ríe.

Agneta Falk emigró de Suecia en 1960 y escribe en inglés. Actualmente vive en San Francisco, adonde pinta y dirige talleres de escritura dirigidos, entre otros, a prostitutas. El creciente comercio de seres humanos la afecta profundamente, lo que se refleja en su poesía. Pese a la gravedad hay humor en sus escritos. Con su poema corto, Una historia afgana, fue quien más hizo reír la noche de apertura.

Durante esta se desató un aguacero tropical que para nada sorprendió a la audiencia del festival de poesía, en su mayoría compuesta por jóvenes.

- Siempre llueve el primer día, dice Nancy. Ella ha "crecido con el festival" y viene todos los años. Aprovecha para darme algunos consejos sobre lugares hermosos en Colombia, mientras se envuelve a sí misma y a su amiga Daniela con una campera impermeable.

Las presentaciones de los poetas son cortas y poderosas. El acento es en los textos, que los poetas mismos leen en el idioma original. Los lectores leen después las traducciones al español. Ser uno de estos lectores es un trabajo muy exigente y muchos de ellos con los que hablo son actores profesionales de mucha experiencia. Han estudiado a los poetas que van a traducir y tienen una relación especial con ellos, a veces incluso social - A pesar de todo hay poetas retraídos y tímidos.

Es interesante que la poesía rompa barreras idiomáticas en un ambiente totalmente hispanoparlante. En ocasiones yo mismo escogía temas del programa de acuerdo al idioma que quería escuchar. Escuchar islandés en una pendiente verde de los Andes es algo muy especial.

Durante la semana en que dura el festival los poetas leen sus poesías en diferentes lugares de la ciudad: plazas, escuelas, cárceles y, por supuesto, diferentes instituciones culturales como teatros y museos. Agneta Falk fue una de las que leyó poesía en uno de los campamentos de refugiados de las escarpadas pendientes de la montaña. Como el público estaba compuesto mayoritariamente por niños ruidosos optó Agneta por una versión rap de la canción sueca Quién puede navegar sin viento (Vem kan segla förutan vind) y así consiguió involucrar a todos. La población local retribuye con teatro popular y funciones de danza a las contribuciones de los poetas.

Tres poetas leyeron poesía de otros grupos indígenas en aymara, maya, quiché y mapundun en la oficina regional de la organización indígena.

- Es un recordatorio de la "historia oculta" de América latina, dice Graciela Huinao de Chile o, para decirlo más correctamente, de la nación mapuche.

Se nos invisibiliza en la sociedad y en la cultura, somos un pueblo fantasma marginal a la historia, nos dice. Pero la poesía le da fuerza para hablar.

El festival nació entonces como una forma de contrarrestar la violencia en Colombia.

- Nunca creímos entonces que el festival crecería como lo ha hecho, Fernando Rendón cuando lo entrevisto mientras desayunamos en el hotel en el que se alojan la mayoría de los poetas.

Rendón es la figura destacada del festival aunque hay otros a su alrededor que participan de la dirección. Muchos son los que le manifiestan su apoyo durante la ceremonia de cierre. Y durante el festival circula una carta abierta sobre la "nueva falsedad" del gobierno colombiano en relación a Rendón. ¿A qué se debe esa movida?

Por supuesto que un festival exitoso que cuenta con el patrocinio económico tanto de las autoridades nacionales, como de las embajadas extranjeras y de la empresa privada atrae críticas de todo tipo. La crítica se dirige a que Rendón y el festival apoyan a la guerrilla de izquierda en Colombia. Uno de los antagonistas más fuertes es Harold Alvarado Tenorio, poeta él también, aunque para Rendón es un representante de "los paraintelectuales de extrema derecha". Rendón rechaza estas movidas por envidiosas, pero lo cierto es que el fiscal lo ha incluido en la lista de personas que tiene contacto con la guerrilla.

- Pero todavía no me han llamado para interrogarme, nos dice. Y si lo hacen yo pienso presentarme y explicarles cómo pensamos. Trabajamos con el diálogo. Para un poeta la guerrilla no es interesante para nada, dice Fernando Rendón.

Por lo tanto, la poesía es una fuerza a tener en cuenta en Colombia. Con sentimientos y palabras se interpreta el desarrollo del país y del mundo. Lo que no es inofensivo. Paz, verdad y libertad son ejemplos de palabras que desafían.

- Queremos ser un bastión para la libertad de reunión y de expresión, dice Fernando Rendón

Afirma que los poetas no pueden cambiar el mundo.

- No se crea paz con la poesía, pero sí se la puede alimentar y nutrir, agrega.

La poesía puede transformar la conciencia de la gente y crear afinidad entre ella.

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Publicado: febrero 2010

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