La dura cotidianidad en la periferia de Buenos Aires
Traductora de LatiCe: Claudia García
Foto: Sophie Åkerhielm
La municipalidad de Florencio Varela es la más pobre de la Argentina y tiene el mayor número de personas con discapacidad psíquica y física de Argentina.
El barrio "El Triángulo" queda en la municipalidad de Florencio Varela, al Sur de Buenos Aires. Diez años atrás había aquí un basurero, hoy viven en el lugar miles de personas. A causa de la escases de viviendas se comenzó a ocupar la tierra y a construir viviendas precarias, pasado un tiempo el estado les entregó materiales de construcción y llegó la electricidad y el agua. Pero El Triángulo ha continuado creciendo y muchas zonas han quedado excluidas del apoyo estatal, sin electricidad ni agua potable. Muchas son familias inmigrantes de Paraguay, Bolivia o Perú, a todas tiene las une la lucha por la sobrevivencia. Lo común es que aquí la gente se dedique a juntar basura para vender a empresas de reciclaje. Muchos viven de la ayuda para familias desempleadas que es de unos 150 pesos por mes (lo que equivale a 300 o 400 coronas).
En la zona más antigua de El Triángulo queda el centro de salud "Alcancemos un sueño". Es un centro de día para chicos con discapacidad intelectual. Cada día llegan al centro 30 chicos a pasar el día. El centro tiene el propósito de mejorar los días de esos chicos y dar apoyo a las familias. Patricia Duró, enfermera y directora del centro de salud, nos cuenta de la dura realidad que se vive en "El Triángulo". La municipalidad de Florencio Varela es la más pobre de la Argentina y tiene el mayor número de personas con discapacidad psíquica y física de Argentina. Patricia dice que el daño cerebral de los chicos seguramente se debe a la contaminación de la tierra y el agua. Debido a la basura toda la zona está repleta de arsénico y plomo. Hay, además, otras causas que también contribuyen a ello como la pobreza de la zona, la escases de alimentos sanos, la desnutrición y también problemas de alcohol y drogas. Muchas chicas con mala salud tienen hijos cuando aún son muy jóvenes. Familias grandes habitan en casa pequeñas y carecen de los artículos más básicos de primera necesidad. Todos estos factores contribuyen a que los daños cerebrales sean algo cada vez más común entre los chicos de Florencio Varela.
Los chicos que llegan al centro "Alcancemos un sueño" usan todos sillas de ruedas, ninguno de ellos puede hablar ni comer por sí mismos. Su estado hace que los huesos crezcan pero no la musculatura y sus perspectivas de mejora son mínimas. Todos son de familias marginales de la zona que tienen dificultades para satisfacer las necesidades de esos niños. Pero en el centro reciben dos comidas diarias y las meriendas, también se les cambia los pañales, aquí les hacen hacer gimnasia y se organizan talleres de, entre otros, ecología, percepción y cómo utilizar los sentidos. Patricia me cuenta que el centro es, a veces, el único lugar en el que reciben atención y que cuando regresan a la casa con sus familias lo pasan acostados en la cama. El centro proporciona también apoyo a las familias, lo que es una labor de importancia ya que la situación de éstas es muchas veces complicada por problemas económicos, sociales y mentales.
El Triángulo es una de las tantas zonas marginales de la periferia de Buenos Aires, es una zona pobre adonde falta infraestructura. No hay caminos y, cuando llueve, toda la zona se inunda. Hace poco se ha instalado el primer teléfono en el centro. Pero Patricia dice que, aunque se pague la cuenta, sólo funciona en ocasiones y hay veces en que ni siquiera se pueden hacer llamadas de emergencia. En todo caso, siempre es difícil que la ambulancia llegue por el temor a ser robados y si alguna vez llega hay que esperarla porque demora.
Damos una vuelta por el centro de salud y Patricia me cuenta de los chicos y de su situación. Una de las niñas cuando regresa a su casa sale con su madre a mendigar en los trenes que van al centro mientras que otra vive con una madre sola y tres hermanos, todos en igual estado de salud.
El trabajo en el centro de salud es duro porque cuenta con muy pocos recursos lo que le dificulta a Patricia tanto conseguir como conservar al personal. Los sueldos son bajos y muchas veces se pagan con retraso, el año pasado cobraron sólo tres sueldos. Y el trabajo es duro, la mayoría de los chicos del centro no tienen posibilidades de mejorar así que se trata de hacerles la vida lo más soportable posible, mientras ésta les dure. Aquí trabajamos en contacto cercano con la muerte y para muchos eso es difícil, por eso el personal se enferma mucho. Algunos de los que trabajan en el centro viven aquí mismos y cuando termina la jornada laboral tienen que enfrentarse con sus propias situaciones de vida. Y si no son de la zona, sino que llegan de afuera, a menudo les roban.
"Alcancemos un sueño" recibe comida de la municipalidad y Patricia dice que ella trata de aumentar al máximo la absorción de nutrientes combinando diferentes productos. La zona recibe ayuda alimentaria y hay un comedor infantil pero la falta de educación y de control de la dieta conlleva a que, pese a la ayuda, muchos niños sufran desnutrición.
Argentina es un país con muchas desigualdades y después de la crisis económica de comienzos de los 2000 las condiciones han cambiado totalmente, algo que Patricia nota claramente. La generación de niños que nació y creció durante la crisis es un grupo especialmente problemático. Crecieron desnutridos y bajo todos los atributos con que una crisis marca a una población ya vulnerable. Muchos tienen daño cerebral y viven ya con problemas de abusos. Y ahora están camino a ser adultos y a reemplazar a las generaciones anteriores.
VIH y sida son cada vez más comunes y a falta de cuidados médicos muchos son los que mueren o son portadores de la enfermedad sin recibir atención alguna. A menudo son los hombres los primeros en morir y dejan a las mujeres portadoras del virus y a cargo del sustento de la familia.
Otro problema es el consumo de drogas,"Pasta base" se llama a la droga más común que se hace con los restos de la cocaína. Es barata y fácil de conseguir. La "pasta base" vuelve agresivas e impredecibles a las personas y agota tanto al organismo que muchos mueren a temprana edad.
Es con desesperanza que Patricia me relata la situación actual de Argentina. La situación de estos niños y su discapacidad es resultado de la política que se lleva a cabo en el país, me dice, hay carencias en la salud, la educación, la vivienda y, muchas veces, el dinero desaparece por el camino. Si la sociedad funcionase como debiera esta gente no tendría necesidad de vivir de la basura. Es una vida peligrosa ésta en la que la cotidianidad se desarrolla entre contaminación, violencia y carencias en la salud. Y se va a poner aún peor, continúa Patricia, cada día los carros de basura son más así como más son las viviendas precarias en las afueras de El Triángulo y más la gente que tiene que vivir en esas condiciones. Todo es consecuencia de una política de vida que se ha convertido en una política de destrucción.
El día llega a su término en el centro y un autobús rojo, que toca música de cumbia, lleva a los chicos a sus casas. Por un momento puede el personal relajarse, pero sólo por un momento ya que muchos de los que aquí trabajan deben ahora enfrentarse con su difícil situación.
Finalmente le pregunto a Patricia como hace para aguantar, para no perder la esperanza. Se ríe y dice que hay que seguir luchando. A pesar de que la realidad que Patricia describe es sin salida se la ve resplandeciente y con la risa pronta Y cuando me voy de El Triángulo lo hago colmada de un sentimiento de esperanza.
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