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Si vienes para ayudarnos es mejor que te quedes en casa

Anna Wetterqvist
Traductora de LatiCe: Claudia García

Flavia Anau y Araceli Rodriguez Jarquín
Foto Anna Wetterqvist:
Flavia Anau y Araceli Rodriguez Jarquín

Con la esperanza de poder recorrer mundo y, quizás, de contribuir de salvarlo, aunque fuese un poco, ni bien acabar la secundaria mandé mi CV en español a una organización que trabaja con personas con discapacidad en la Costa de Oaxaca, México. Cuatro años después llegó a mi buzón de correo electrónico la respuesta a mi solicitud: "Anna estamos en Estocolmo y nos gustaría poder encontrarte".

El remitente era de Flavia Anau, coordinadora de Piña Palmera, la que, junto con su colega Araceli Rodriguez Jarquín, vicepresidenta de la mesa directiva y fisioterapeuta, estaban en Suecia invitadas por la organización FRU (Föreningen för Rehabilitering i Utvecklingsländer/ Asociación para la Rehabilitación en Países en vías de Desarrollo). Habían venido a celebrar su 25vo aniversario de la organización y a informar sobre la actividad que realizan.

Piña Palmera - desarrollo y rehabilitación para personas con diferentes tipos de discapacidad y para sus familias.

La asociacion civil Piña Palmera está ubicado en un pueblo del Sur de Oaxaca, uno de los estados más pobres de México. La actividad que realizan se orienta a capacitar a las personas con discapacidad para que tengan los conocimientos y las herramientas necesarias para poder desempeñarse en forma autónoma en la vida.

Un estadounidense llamado Frank Douglas fue quien, hace 27 años, inició este proyecto que, si bien en un primer momento fue pensado para funcionar como un albergue, pronto cambiaría, de orientación, atrás quedaría el asistencialismo para convertirse en un proyecto comunitario social que, por medio de desarrollar trabajo de concientización tendiente a cambiar la actitud hacia las personas con discapacidad, se propondría lograr que se le reconocieran sus derechos. Además de la actividad que se desarrolla en la asociación ofrecen apoyo donde se necesita en los pueblos circundantes.

En Piña Palmera se trabaja de forma colectiva gracias a que el personal tiene diferentes capacidades complementarias. El equipo de trabajo lo forman fisioterapeutas, logopedas, terapeutas, voluntarios y personas que tienen experiencia de vivir con discapacidad y familiares de los mismos. Dentro del personal fijo hay profesionales provenientes de todo México, mientras que los voluntarios son mayoritariamente suecos, lo que se debe a que la cofundadora del centro fue sueca, Anna Johansson, cuya familia también fundó la asociación de apoyo Amigos de Piña Palmera. El 20% de los ingresos de la asociación lo constituyen las donaciones que la organización de amistad recolecta de empresas y personas de Suecia. El resto del financiamiento proviene de los proyectos y cursos que Piña Palmera da sobre el método para trabajar con la discapacidad para las autoridades mexicanas y las otras organizaciones. Y también se recolecta dinero vendiendo artesanías y otros productos que se fabrican en los talleres de la asociación. Sin embargo, no se cuenta con subsidios estatales ya que estos prácticamente no existen en México. Flavia aclara:nos gustaría que el estado nos financiara la actividad pero no queremos que se apropien de ella.

Nuestra tarea más importante es apoyar a la gente para que ellos mismos tomen el control sobre sus vidas

En Piña Palmera se trabaja en base a lo que se conoce como rehabilitación basada en la comunidad (RBC), método que se orienta a incluir a la persona con discapacidad en un contexto significativo que le permita desarrollarse. Además de actividades de terapia ocupacional como la fisioterapia, terapia en agua, desarrollo del idioma para personas con dificultades de aprendizaje, cursos de idioma de señas, etc., hay también talleres de carpintería adonde se fabrican productos, cultivos de frutas y verduras, lombricomposteo y una estación de reciclaje de papel en la que se fabrican libros y marcos. Hay también un grupo que trabaja con comercio justo y se produce un programa de radio de cercanías, con el que se trata de llegar a más personas, para informar, entre otras cosas, sobre la actividad de Piña Palmera y de otros temas relevantes como actitudes en torno a la violencia, derechos humanos, discriminación y relaciones de género.

Araceli señala que la rehabilitación no implica una "solución rápida", sino que enfoca en que se acepte a la discapacidad para aprender a convivir con ella, al tiempo que se rescatan los recursos de cada uno, independientemente de las limitaciones que se tenga, ya sean éstas físicas o intelectuales. Las actividades que cada persona realiza dependen exclusivamente de sus intereses. Es en conjunto con la familia que se decide lo que se cree que va a ser mejor para la persona y la tarea del personal es proporcionar las herramientas y los métodos adecuados que sirvan de apoyo, aclara Flavia, la que en reiteradas ocasiones ha señalado durante la entrevista que lo que se ofrece en Pina Palmera no es un servicio sino posibilidades para la propia rehabilitación.

La mejor manera para cambiar las actitudes es dar buen ejemplo

Con sus más de 25 años de vida es Piña Palmera una organización bien conocida con muchos logros en su haber. Flavia y Araceli están de acuerdo en que ha sido la actividad de la asociación la que ha contribuido a cambiar las actitudes hacia las personas con discapacidad en Oaxaca. Se ha avanzado mucho en la inclusión a la sociedad de las personas con discapacidad, éstas ya no viven encerradas, como sucedía antes, y muchas tienen familia y estudian en la universidad. Ya no se las discrimina en los aeropuertos (antes no podían viajar sino lo hacían acompañadas, pero ya no es así). Las escuelas y los medios de transporte son más accesibles que antes. Cuando las mismas personas con discapacidad descubren que pueden desarrollar sus propios recursos ya no se consideran víctimas y se comportan con mayor confianza en la sociedad y en su contacto con las autoridades, termina diciendo Flavia.

Si venís a ayudarnos es mejor que te quedes en casa

Durante la visita de Flavia y Araceli a Estocolmo dieron una conferencia en la universidad sobre la actividad de Piña Palmera, y ello me permitió conversar con Elinor Nilsson, una joven de 27 años de Uppsala que el año pasado estuvo trabajando de voluntaria en la asociación por seis meses. Elinor es fisioterapeuta y durante sus estudios escuchó hablar de la asociación. Piña es muy conocida entre los fisioterapeutas suecos y son muchos los que hacen su práctica allí como voluntarios, me cuenta Elinor al tiempo que describe lo que significó conocer otra cultura, aprender a conocerse más a sí misma e incorporar una forma de trabajo más colectiva de la que estaba acostumbrada aquí en Suecia. Además, las actividades de la asociación le han proporcionado una comprensión más profunda de las personas que atiende en Suecia, por ejemplo, tuvo la oportunidad durante un día de participar como si ella también fuese una persona con discapacidad. Pero lo que Elinor transmite es, sobre todo, lo mismo que Flavia y Araceli cuando cuentan del trabajo que hacen en el centro: entusiasmo y calidez.

Es con agradecimiento que descubro que durante estos días estas mujeres me han dejado impresionada con su compromiso con la actividad que desarrollan. Y, finalmente, me doy cuenta de que lo que en realidad tenía que hacer no era viajar a México ni salvar el mundo, como había pensado una vez, sino que la tarea que me está destinada es quedarme aquí para tener el privilegio de escribir, conformarme como una voz solidaria sueca para con el asiduo trabajo que se realiza en Piña Palmera para lograr que la gente tenga control sobre su vida.



Publicado: noviembre 2010

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