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La ayuda para las personas con discapacidad en Suecia

Karin Wallqvist
que trabaja en una casa colectiva para personas con discapacidad

Si tienes o puedes imaginar que tienes una discapacidad, como por ejemplo un retraso mental o autismo, o que tienes una discapacidad intelectual de cierta importancia, o que de adulto te has visto afectado por un daño cerebral o, quizás, tienes una discapacidad física o intelectual permanente debido a causas ajenas al envejecimiento natural pero que te ocasionan dificultades en tu quehacer diario. Si es así te corresponde, seguramente, recibir los beneficios de la ley LSS que regula la asistencia y las ayudas para las personas con algún tipo de discapacidad.

El objetivo primordial de la ley LSS es que puedas vivir en igualdad de condiciones a las demás personas de tu edad, es decir, garantizarte buenas condiciones de vida. Es un derecho que la asistencia y las ayudas que necesitas para minimizar los impedimentos que debes enfrentar te sean brindados sin que, por causa de tu discapacidad, debas asumir gastos extras. En la municipalidad existen funcionarios encargado de evaluar las solicitudes presentadas para recibir los beneficios de la ley LSS y es ante uno de estos funcionarios que puedes solicitar algunas de las diferentes asistencias que brinda la ley. Estos funcionarios son los que consideran tu solicitud y también los que evalúan si el ayuda que has solicitado puedes obtener por otro medio o si debe serte concedida de acuerdo a lo que estipula la ley. Son ellos quienes aprueban o deniegan las solicitudes. Si no estás de acuerdo con la decisión que tomen siempre tienes la posibilidad de apelar. Y si, por causa de tu discapacidad estás imposibilitado de hacerlo tú mismo, tienes derecho a que sea un representante legal, por ejemplo, un tutor quien lo haga en tu nombre.

Uno de los beneficios que puede pedirse es asistir a uno de los llamados "centros de actividad diaria". Si tienes una minusvalía como las descriptas anteriormente seguramente te será difícil acceder al mercado laboral. Tienes por lo tanto derecho a recibir un ingreso económico en forma de pensión. Y como no puedes competir en el mercado laboral tienes también derecho a asistir a uno de estos centros de actividad diaria. Allí se te va a ofrecer una ocupación acorde tanto a tus posibilidades como a tus intereses. En estos centros de actividad diaria hay personal especializado que va a apoyarte, o bien cuando lo necesites, o bien cuando lo desees. Vas a recibir un sueldo por el trabajo que allí realices.

Ya sabemos que se te va a garantizar una actividad diaria, pero ¿Qué pasa con tu vivienda? Una de las posibilidades que tienes es alquilar un departamento en una casa adonde se brinda asistencia restringida. Esta es la mejor alternativa si es que en tu caso no requieres de mucha ayuda. Pero si tu situación es tal que demanda de mayores cuidados se te va a ofrecer vivir en una casa colectiva, es decir, una casa adonde hay varios departamentos para gente con minusvalías. Allí puedes alquilar un departamento de un dormitorio, con cocina y baño. Otros ambientes son de uso común para todos los inquilinos. Se cuenta, además, con personal las veinticuatros horas.

El personal de estas casas colectivas está capacitado para brindar la asistencia que los inquilinos necesitan. Tiene que poder brindarte el cuidado especializado que tu situación específica requiera, es decir, ayudarte a comer y a que puedas moverte, cuidar tu higiene personal y asear tu departamento, ayudarte a que puedas comunicarte y a conservar tus contactos personales, hacerte la existencia comprensible y ayudarte a planear el futuro, brindarte cuidados médicos y de salud, proporcionarte los medios auxiliares y la rehabilitación que tu situación requiera. Y, además, ayudarte a denunciar eventuales maltratos o delitos. Tienes también derecho a recibir asistencia para realizar actividades de tiempo libre y a tomar vacaciones. El personal que trabaja en estas casas colectivas está afectado por la legislación de la confidencialidad y, por lo tanto, no puede transmitir a extraños ningún tipo de información relacionada contigo.

En estas casas colectivas recibes una ayuda individualizada, que se ajusta tanto a tus necesidades como deseos. Y para garantizarte que así va a ser se formula un plan de acción entre ti mismo, tu tutor y el personal. Se documentan cuáles son las situaciones en las que requieres ayuda y también la forma en que ésta se te debe proporcionar. Asimismo se define un objetivo para esta ayuda y se hace un seguimiento seis meses después para evaluar y, eventualmente, realizar los cambios que sean necesarios. La ayuda que vas a recibir tiene que adecuarse a tu situación actual, por eso, cada semana se hacen reuniones de evaluación y se discute si realmente recibes el apoyo que necesitas.

Si comparamos la vida que puedes vivir hoy con la que hubieras tenido que vivir años atrás en los 1900 está claro que hoy en día tienes mejores y más posibilidades. Se te respeta más como individuo y se te consulta cuáles son tus necesidades, asimismo tus aspiraciones. Se trata de que seas parte de la sociedad y se pretende que esto sea en igualdad de condiciones. Aún quedan, no obstante, algunos obstáculos que salvar para que esto sea una completa realidad. Al igual que otros grupos minoritarios corres el riesgo de toparte con prejuicios y/o estereotipos. Es posible que la gente vea tus minusvalías pero no a ti como individuo. Puede resultarte físicamente imposible asistir a ciertos lugares, tal y como hubieses deseado, o participar de ciertos eventos sociales porque se te dificulte comprender la forma en que los asistentes se comunican. Sí, obviamente sólo tú sabes cuál es tu mayor impedimento pero es mi obligación como personal de una de estas casas colectivas averiguar de cuál se trata para así poder ayudarte.



Publicado: septiembre 2008

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