Compartiendo experiencias con los movimientos de base
A mediados del mes de junio, en el marco del 80 Aniversario del nacimiento del Che, contamos en Argentina con la visita de dos compañeros que compartieron con él la experiencia boliviana.
Humberto Vázquez Viaña, investigador de la Universidad de Estocolmo, Licenciado en Ciencias Políticas y sociólogo, quien, estudiando en Europa, en 1996, viaja junto a Coco Peredo y Rodolfo Saldaña hacia Bolivia a iniciar los preparativos guerrilleros. En diciembre de 1966 es quien recoje a Mario Monje en la frontera argentina para la primer entrevista con El Che, quien lo destina a la red urbana, junto a Tania. Cruza con ella desde Ñancahuazú a Santa Cruz llevando el segundo mensaje cifrado del Che para Fidel. Se aleja del E.N.L. luego de la muerte de Inti Peredo.
Eusebio Tapia Aruni, campesino aymara, miembro del P.C.B., ingresa a las filas de la guerrilla a los 18 años, sin hablar castellano y sin saber siquiera quién era el Che (allí llamado comandante Ramón). Como él mismo se define, pastor de ovejas, cargador de los mercados, cargador de mochila en las montañas, continúa hoy su militancia en diversos pueblos de Bolivia.
Llegan a Rosario el 12 de junio donde son invitados a los actos oficiales, brindando una charla en la casa de la cultura de Rosario, y en la facultad de ciencias sociales.
El 19 de junio, llegan a Buenos Aires donde dan charlas en la biblioteca y centro cultural, que tiene en Villa Devoto la asamblea cultural, en la facultad de Ciencias Sociales. Fueron invitados al programa de televisión por cable "Frente a Frente", a la televisión comunitaria "Dario y Maxi"-Canal 4 de Avellaneda, también en el cine club "La Gomera", espacio comunitario que funciona en el barrio de Barracas, en el centro cultural "La Toma" en Lomas de Zamora, en el "Galpón Cultural" del Movimiento de Desocupados de Claypole (todos estos espacios recuperados y ocupados por los vecinos a partir del estallido del 2001 en Argentina) y también en la escuela de educación media nr 4 del barrio Don Orione, en la zona Sur del Gran Buenos Aires.
En todas las charlas, las dos horas que se habían programado inicialmente resultaron escasas y se extendieron al doble, ya que la mayoría de la gente desconocía esta parte de la historia de Che y la guerrilla boliviana, así que despertaba gran interés, preguntas y debate.
A quienes participamos desde siempre en las organizaciones populares nos resultó una experiencia sumamente rica y valiosa.
Poder hablar desde otro lugar de la figura del Che, desmitifcarlo, presentarlo como alguien humano, como cualquiera de nosotros con aciertos y errores, preguntarnos quién fue y quién es hoy para cada uno de nosotros, como encaja su teoría y su práctica en este contexto que nos toca vivir, alejarnos del mito y acercarnos al hombre nos sirve y mucho, porque en la medida en que dejemos de vivirlo como un ejemplo inalcanzable, animará a unos cuantos a atreverse al ensayo y error y a intentar cambiar el mundo que nos rodea.
Más artículos de: Patricia Duró