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Honduras: Un Frankestein constitucional

Jorge Echazu Alvarado
Mapuexpress

Un Frankestein constitucional
Foto reproducida de Mapuexpress

Como una verdadera monstruosidad jurídica que no ha podido ocurrir en ninguna parte del mundo, acabamos de espectar asombrados un nuevo tipo de Golpe Militar Fascista que ahora ha recibido el título rimbombante de "golpe constitucional" de parte de sus áulicos: los oligarcas y sus operadores mediáticos como sustento supremo de las actuales oligarquías latinoamericanas.

Ahora resulta que en la República de Honduras, la Corte Suprema de Justicia, La Fiscalía General de la República, el Congreso Nacional, La Corte Nacional de Elecciones, y otros órganos del Estado hondureño han "ordenado" a las Fuerzas Armadas de la Nación que apliquen un "Golpe de Estado", para derrocar al Presidente Constitucional, lo arresten violentamente a media noche y lo expulsen del país, falsificando una carta de "renuncia" del presidente maniatado.

Si aceptamos la autenticidad de la carta de renuncia, no hay necesidad de golpe ni de órdenes de ese tipo, simplemente se aplica la sucesión constitucional, se acepta la renuncia y se nombra al Vicepresidente y en su ausencia se designa al Presidente del Senado. Todo en orden y sin "golpe".

Empero, como la carta de renuncia es fraudulenta, se debe abandonar el argumento y entonces se habla de los "delitos" múltiples que habría cometido el Presidente arrestado.

Si admitimos la existencia de supuestos delitos, se debía implementar los mecanismos constitucionales para un juicio de responsabilidades contra el gobernante. Todo en orden y sin "golpe".

Empero, como no hay proceso ni juicio alguno, entonces se abandona el argumento y se "ordena" a las Fuerzas Armadas organizar el Golpe de Estado en defensa de la "constitucionalidad".

Analice nuestro estimado lector: los órganos técnico-administrativos del Estado (Legislativo y Judicial), ordenan a los órganos represivos (Fuerzas Armadas y Fuerzas policiales), derrocar al otro órgano administrativo que es el Ejecutivo, arrestar al presidente, secuestrar a la Cancillera, violar la inmunidad diplomática y maltratar a los embajadores de Venezuela, Cuba y Nicaragua, todo en nombre de la constitucionalidad.

Por lo general, los otros Golpes de Estado que son una "institución" en América Latina y que se la debemos a las embajadas norteamericanas radicados en nuestra América Latina, admitieron una metodología que consistía en que las Fuerzas Armadas por cuenta propia derrocaban a los órganos técnico-administrativos para hacerse cargo de toda la "cosa" pública. He ahí el modelo de Golpe de Estado tradicional.

Ahora bien, en Honduras los oligarcas se metieron en honduras y para ocultar su delito, han pretendido maquillarlo y presentarlo como un acto "constitucional" y surge, como por encanto, un "frankenstein jurídico": el golpe constitucional.

¡¡Violar la Constitución para defender la Constitución!!

No, compañero y amigo lector, no se trata de un cuento de Ripley, no se trata de una chacota, del carnaval; se trata nada menos que de un hecho histórico acaecido en la ciudad de Tegucigalpa-República de Honduras, Centro América, el día 26 de junio del año 2009.

Sus actores, un conjunto de legisladores, un conjunto de magistrados y jueces, un conjunto de altos funcionarios del Estado, han cometido un delito contra ellos mismos, en contra de su propia legalidad y legitimidad, han cometido "suicidio jurídico" y por ello, nuevos funcionarios de todos los anteriores rangos deberán juzgarlos y sancionarlos con la máxima pena de traición a la Patria y a la Constitución.

Sin embargo, como abogados del Diablo y no sabiendo cómo van a explicar lo inexplicable, los "condenados" de antemano, sostienen a voz en cuello que no se trata de ningún Golpe. Es decir sostienen que el golpe no es un golpe, sostienen que la represión no es represión, que las protestas del pueblo son mentiras de Chávez y que Evo Morales es el culpable de la masacre de Pando.

Bien, con auxilio de la inefable prensa reaccionaria, adicta como a la morfina al sustento empresarial de sus medios, los oligarcas nos quieren convencer que no vemos lo que miramos, que no oímos lo que escuchamos, que Honduras es una taza de leche y solamente existen los discursos de Chávez.

El mundo entero ya ha expresado su opinión y ha condenado sin ambages el desatino hondureño, pero la ceguera oligárquica no se ha percatado que el mundo existe, que América Latina existe rodeando a Honduras y que su propio pueblo existe y que ya ha ganado las calles para "despertar" a esa oligarquía que quiere seguir durmiendo en el siglo XIX.

En nuestro país no han faltado los "defensores" abiertos por una parte y solapados por otra del Golpe que, confundidos, solamente atinan a balbucear estupideces. A la cabeza de esos esfuerzos miserables se encuentran los politiqueros de la derecha y sus empleados, los presentadores de noticias de los canales de televisión de propiedad de los oligarcas. Tuto Quiroga y compañía atacan a Zelaya y comparan, como ciegos de nacimiento, la masacre de Pando con los sucesos de Honduras. Eso se llama salir por peteneras.

La posición ambivalente asumida por el Gobierno norteamericano frente el Golpe Militar fascista en Honduras es otro elemento que no puede dejarse de lado.

Está completamente claro que el Imperialismo Norteamericano no puede cambiar de naturaleza de la noche a la mañana por el hecho de haber sido elegido como Presidente de EE UU., un negro de origen africano. El Sr. Barak Obama, proclamó en la OEA su respeto a la soberanía e independencia de todos los países de América Latina prometiendo un cambio radical en su política hacia su antiguo "patio trasero", sin embargo a renglón seguido aparecen las declaraciones confusas, escurridizas y sibilinas de sus personeros que nos indican que, efectivamente, son los mecanismos del Imperialismo los que han organizado, financiado y alentado el Golpe hondureño. No se explica de otro modo la soberbia y arrogancia con la que los golpistas responden al rechazo universal que ha ocasionado sus acciones atrabiliarias. Si estos delincuentes no contaran con el apoyo implícito del Imperialismo, jamás podrían adoptar esas actitudes desafiantes frente a la opinión mundial.

Por otro lado tenemos el hecho evidente de que el Gobierno de José Manuel Zelaya, pretendía convertir la base militar norteamericana instalada en Soto Cano muy cerca de Tegucigalpa, en un aeropuerto civil internacional. El Imperialismo no podía perder una de sus 700 bases militares que tiene en todo la extensión del planeta. De modo que ese es un aspecto propiamente militar que debe ser tomado en cuenta.

Mientras pasen los días se irá aclarando la posición verdadera de los Estados Unidos que efectivamente, según nuestro criterio, ha tenido la voz cantante en la aplicación del Golpe Militar Fascista en Honduras.

La desesperación de la derecha reaccionaria y sus soportes oligárquicos mediáticos de América Latina está llevando a sus mentores y operadores raudamente al Alzheimer político que según la opinión médica ya es Terminal.

Recomendamos escuchar Radio On Line de Honduras: El Progreso

Publicado: julio 2009

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