Báguanos, el abrazo guajiro
LatiCe
Foto: Daniel Marrero
Desde hace algunos años teníamos pendiente una visita a Cuba. En la tarea de la construcción de puentes interculturales llegamos a "Un Lugar en el mundo" El batey de Báguanos que está situado a cuarenta kilómetros de la ciudad de Holguín y a ochocientos de la capital, en el extremo oriental de la isla de Cuba.
El batey fue fundado en el año 1918, junto con la fábrica azucarera que al año siguiente realizaría la primera zafra consolidando la actividad agroindustrial durante décadas. La primera fase fue agrícola (tipificada por las colonias cañeras, colonos, campesinos y obreros agrícolas entre 1918 y 1958) y otra fabril donde estaban los dueños del Central, los superintendentes, los oficinistas y los obreros, hasta 1958. Con el triunfo de la Revolución la fábrica pasó a ser propiedad del pueblo y a llamarse" Central Hugo López y Carlos Peña", mártires del batey caídos en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista.
Desde el año 1976 el Central López Peña se convirtió en la cabecera del municipio de Báguanos que, a raíz de una división político-administrativa, cuenta con una extensión territorial de 806,3 km2 contando en la actualidad con una población de 54.906 habitantes.
En el momento de escribir éstas líneas los obreros del Central están batallando por la reincorporación a la producción azucarera, interrumpida hace algún tiempo. Los trabajadores del Central saben que la fuente de trabajo que da origen al batey juega un rol fundamental en sus vidas.
Lo que más impacta al visitante es la espontaneidad de la gente del batey, su hospitalidad y su genuino compromiso refrendado a diario con la Revolución. Báguanos tiene algunos patios productivos que forman parte de un proyecto de seguridad alimentaria en el oriente del país. Como el de Lin y su esposa Caridad, estructurado con perfil productivo: en el fondo de la casa se pueden criar animales, abastecerse de frutas y verduras y mostrar a cualquier visitante que la teoría se convirtió en práctica.
Cuando comenzamos el recorrido los vecinos ya estaban alertados de nuestra visita. Uno de ellos, de forma efusiva, me dice la mano no Compay.. . y, en cambio, me dio un tremendo abrazo guajiro. Uno de los receptores de nuestras semillas (Don Titi Álvarez) con mucha fuerza y orgullo, nos fue mostrando como utiliza cada pedacito de tierra. A medida que nos íbamos adentrando en ese mundo, fuimos conociendo familias y toda una organización comunitaria que es la que permite llevar adelante una vida sana, entre calores y huracanes, a pesar de los grandes sacrificios. Porque la naturaleza ha golpeado duramente, los ciclones han pasado cerca y han producido un sin fin de voladuras. Por doquier se ven las secuelas de los fenómenos naturales, techos destrozados, matas de plátanos (guineas), aguacates y palmas tumbadas. Los techos rojos, donados por la solidaridad del pueblo venezolano, a un año de la última de estas catástrofes es una muestra de que la solidaridad es importante para la vida de la gente humilde.
Esta gente debe enfrentar un bloqueo que se extiende durante décadas y que está presente a cada hora de su vida diaria con problemas habitacionales, redes de alcantarillado, lozas sanitarias, pavimento. Y, como si no fuera poco con el bloqueo, enfrentan también apagones y distribución de agua Buena y no tan Buena, como ellos mismos dicen.
Diariamente para ir al trabajo o estudiar tienen que invertir muchas horas en recorrer grandes distancias, bajo la lluvia o el sol.
Por eso, tal vez nuestra pequeña contribución en semillas de hortalizas para sus patios, constituye un punto de arranque para la construcción sólida de puentes de ida y vuelta entre nuestros países.
Muy sucintamente quiero hacer referencia al proyecto "El árbol que silba y canta". Del que habíamos tenido noticia en el año 2001, cuando tuvimos la oportunidad (en el marco de los Paradigmas Emancipatorios), organizados por Galfisa del Instituto de Filosofía y Axiología de la Habana, de conocer al escritor cubano Rolando Bellido Aguilera, quién nos invita y pone a nuestra disposición su familia, su casa y un sin fin de contactos que hicieron posible, nuestra visita a la localidad.
Todo el colectivo cultural hace gala de su alegría al conocernos, (o reconocernos). Nuestro abrazo del Sur trae la película" Semilla para el cambio" producida por los pasantes suecos de Tierra del Futuro en Uruguay (2008) que ilustra sobre el rescate de semillas criollas en nuestro país.
Las imágenes llegan por primera vez para quedar grabadas en las mentes de nuestros compañeros cubanos. Abriendo una instancia de preguntas y diálogo entre los participantes. Nuestras alforjas llegaron cargadas de mucho amor traducido en años de añoranzas. Libros, cds y semillas fueron los materiales que sirvieron de pretexto para llegar a los corazones de los baguanenses, aguerridos/as, donde tuvimos la grata alegría de encontrar muchas compañeras y compañeros que han sido y son el "Che" todos los días de su vida. Todas /todos nos brindaron su cariño, nuestra comunicación fue mágica instalándose en canciones, poesía, ron fraterno. En fin una forma de interpretar el mundo desde una localidad donde antes de la revolución había un solo médico. Contándose hoy por decenas los galenos, en la localidad hay centros culturales, escuelas de oficio y universidades, hospitales, centros deportivos, establecimientos agropecuario, farmacia, supermercados etc. etc."Los gallos están cantando, ya se anuncia la jornada", parafraseaba el gran poeta cubano Nicolás Guillén, sin olvidarnos que José Martí cayó combatiendo por la Libertad de Cuba a cincuenta kilómetros de Báguanos y que Fidel Castro nació a veinte kilómetros del batey en Birán, unas lomas"más allá" como nos indica nuestro guía, entre platanales y palmares exuberantes, bajo un sol de justicia. La Revolución, vive, lucha, discute personificada en el poeta insomne que voz en cuello avisa de las tareas comunitarias o en el viejo combatiente negro del Escambray, vive en los jubilados que siguen labrando utopías, que han entregado su sudor y su sangre por éste proyecto humano, en la fuerte organización de mujeres, niñas y niños combatientes del ayer florecidos en las niñas y niños de hoy, de ésta concreta mañana que aseados y pulcros van a la escuela todos los días, o están al borde de la carretera a la espera eterna de que llegue algún transporte.
En la hospitalidad fraterna de la familia Bellido Aguilera, de Papá René, Mamá Ada, de tía Niña, Oscar, Vladi y Daniela. De Rolando amigo nuestro de toda la vida y para siempre, Ivette con sus trinos desgrana temas de los autores de la comarca, canciones conocidas por nosotros, creciendo en el ambiente o ante su público, demostrando de una forma tierna y sencilla que con su voz y guitarra cautivará a muchos otros oyentes cubanos y de nuestra América. Las voces de Javier y Juan nos dejan en sus estilos singulares interpretaciones que nos traen recuerdos y emociones de antaño, los poemas de Luis enternecen nuestro corazón. De Ricardo, corazón fraterno, que al llegar nosotros al local del "Árbol que silba y canta" nos tenía preparado un júcaro y su primera estatuilla de finísimos contornos que nos regala con la generosidad más grande del mundo, preludio de lo que sería aquella noche mágica compartiendo tanta belleza, entre vecinas y vecinos del barrio. Nos fuimos por donde vinimos con la frente en alto, el pecho henchido, las lágrimas saltando de nuestros ojos, nuestra estela, un mundo fraterno que lucha cada día y que siempre fue y será solidario con nuestras luchas. Puente que une tres países y que está construido por"los ausentes que merecen estar" y por nosotros mismos, por las generaciones venideras, aquí y ahora!!! Como dice el poeta de Báguanos Rolando Bellido Aguilera:
¡¡¡Viva la Vida!!!
* Fuente:"Historia del árbol que silba y canta" Báguanos septiembre 2009
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