En un mundo más justo los niños y las niñas serán sujetos de derecho
LatiCe
La sociedad es verticalista, la política también. Los adultos son los sujetos activos de la acción y quienes definen las políticas que afectan, tanto a niños como a niñas y a adolescentes. Y estos, niños y niñas, son conceptualizados como objetos pasivos a los que hay que cuidar y proteger. ¿No habría que escuchar más a los menores de edad? ¿Tomar en cuenta su visión de la realidad? ¿Sus opiniones?
En la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se afirma que los niños (los seres humanos menores de dieciocho años) tienen derecho a recibir cuidados y asistencia especiales. Se habla también de que la infancia necesita de protección y que se debe trabajar para mejorar las condiciones de vida de los niños en todas las partes del mundo. Hasta la fecha son ciento noventa y dos los países que ha firmado La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada, firmada y ratificada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Pero aunque la firma de la convención implica un reconocimiento de todas estas palabras bonitas sobre los derechos de la infancia, la realidad sigue siendo muy diferente. Muchos niños, niñas y adolescentes se socializan en una sociedad en la que sus derechos humanos son vulnerados y violados a diario.
Suecia fue el primer país en prohibir todo castigo corporal de niños y niñas y, aunque esta ley tiene ya treinta años, aún se registran casos de maltrato infantil. De 1979 a la fecha veinticuatro países (que no son muchos) han seguido el ejemplo de Suecia y otros cien han prohibido el castigo corporal en las escuelas. Según la iniciativa global "Acabar con el castigo corporal hacia niños y niñas" solamente son tres los países latinoamericanos que tienen una legislación al respecto: Uruguay (2007), Venezuela (2007) y Costa Rica (2008). Unicef considera que son menos del 9 por ciento de los niños y niñas de Latinoamérica los que están protegidos por leyes que prohíben el castigo físico.
Algunos datos
Las cifras que proporciona Unicef son alarmantes. En Latinoamérica hay 40 millones de niños, niñas y adolescentes menores de 15 años que, anualmente, son víctimas de algún tipo de violencia, abusos y/o abandono en la familia, la escuela, y la comunidad. Lo que resulta en una mortalidad a causa de violencia de más de 80,000 niños y niñas por año.
El 75 por ciento de los niños y las niñas de Chile sufren algún tipo de violencia física leve, física grave y/o psicológica de parte de sus padres. (Tercer Estudio de Maltrato Infantil 2006, realizado por UNICEF)
Niños y niñas entrevistados por Unicef afirmaron que en sus países (México, Guatemala, Honduras, República Dominicana y Nicaragua) los maestros ejercen violencia física, verbal y psicológica cuando el rendimiento escolar no es satisfactorio. (Informe "las voces de niñas, niños y adolescentes contra la violencia")
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) del 2007 señala que hay unos siete millones de niños y niñas en situación de abandono que sufren algún tipo de violencia callejera o doméstica, son explotados económicamente y, en ocasiones, son víctimas de maltrato policial, muchos asesinados.
El maltrato no es sólo físico o psicológico, sino "cualquier acción u omisión de acción que viole los derechos de los niños y adolescentes". (Organización Mundial de la Salud). Por eso como maltrato infantil hay también que considerar, por ejemplo, a la explotación que sufren los niños y niñas que se ven obligados a realizar trabajos no permitidos para su edad, muchas veces peligrosos para su salud y aún para su propia vida. Según Unicef hay 12,6 millones de niños y niñas en esta situación.
Las estadísticas señalan también que alrededor de dos millones de niños son explotados sexualmente en la región y, en la mitad de los casos, los abusadores viven con ellos; además, en el 75 por ciento se trata de familiares directos de las víctimas. No hay que olvidar a los 48.000 menores de quince años infectados con VIH-SIDA.
La preocupación por cambiar esta situación, no obstante, parece existir si consideramos que hace poco más de un mes, a instancias de la Unión Parlamentaria (UIP) y UNICEF, se reunieron en Costa Rica unos 30 parlamentarios de 14 países latinoamericanos para discutir cómo encarar la lucha contra la violencia contra los niños y niñas. De esta manera se reconoce que es éste uno de los problemas sociales más graves en Latinoamérica.
Sujetos sociales de derecho
La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce en su artículo 12 que los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que lo afectan y tendrán en cuenta las opiniones del niño, en función de su edad y madurez. Sin embargo, la sociedad en general considera a los niños, las niñas y los adolescentes objetos sociales, eso si es que existe la buena intención de legislar y aplicar políticas que los favorezcan. Cuando dichas políticas son inexistentes los niños, las niñas y los adolescentes no son más que objetos pasivos a los que fácilmente se puede dejar caer en el olvido. Ciudadanos de plenos derecho sólo son los individuos mayores de edad. Creo que si logramos cambiar esta imagen pasiva de niños, niñas y adolescentes, si los consultamos porque nos interesa tomar en cuenta sus opiniones y valoraciones a la hora de buscar soluciones y de diseñar e implementar programas que los favorezcan, recién entonces los estaremos reconociendo como sujetos reales de derecho. Al proponer considerar a los niños, a las niñas y a los adolescentes como sujetos sociales de derechos no estoy diciendo que haya que convertirlos en adultos. De lo que se trata es de incorporarlos "a la construcción práctica de principios genuinamente democráticos", como acertadamente afirma Jaime Jesús Pérez. Así daremos un paso adelante en la creación de un mundo más justo.
Fuentes:
Pérez, Jaime Jesús El niño como sujeto social de derechos, www.intec.edu.do/~cdp/docs/comosujeto.htm, leído 13-10-09
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