Solidaridad con las movilizaciones en Chile por el derecho a la educación
El Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM), se solidariza y une su voz a los reclamos de las y los estudiantes chilenos por una educación pública y de calidad.
Desde nuestra campaña por una "Educación no sexista y antidiscriminatoria", sostenemos que la educación pública, laica, gratuita y de calidad a lo largo de toda la vida, es un derecho humano fundamental y que es obligación indeclinable de los Estados garantizar y generar las condiciones para que todas y todos podamos acceder a ella.
La lucha de las y los estudiantes chilenos, de nuevo visibiliza y enciende una luz de alerta sobre las consecuencias de las políticas neo liberales aplicadas a la educación, que la mercantiliza transformándola en un servicio que se otorga o se arrebata a voluntad según las fluctuaciones de la bolsa convirtiéndola en un factor más de discriminación.
Con el modelo de privatización de la educación, los privados de sus derechos son los sectores populares chilenos y en particular las mujeres.
Desde que la dictadura de Pinochet implementó el modelo de mercantilización de la educación, el estado chileno ha violado el derecho humano a la educación. El gobierno de Sebastián Piñera suma a esto la criminalización de las protestas sociales, ejerciendo una brutal represión por parte de fuerzas policiales.
Urge una reforma de carácter integral del sistema educativo, que entierre la herencia dictatorial. Confiamos, en que las y los estudiantes y el pueblo chileno, sabrán encontrar las vías para hacerlo logrando con ello la profundización de la democracia.
Desde CLADEM
Convocamos a las organizaciones feministas y de mujeres y a las demás organizaciones y movimientos sociales, a manifestar su solidaridad con la lucha del pueblo chileno y a recordar que en nuestra región de América Latina y El Caribe, más de tres millones de niños y niñas no acceden a la educación y que ser mujer o niña pobre, indígena, campesina o afrodescendiente es casi una garantía de exclusión.
Reafirmamos nuestro compromiso con una educación pública laica, gratuita, no sexista y antidiscriminatoria, que sea capaz de contribuir a la construcción de sociedades más democráticas, justas e igualitarias.
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