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El reality show de la muerte de los corales en el Caribe

Rebelión
OFRANEH

Mientras en los Cayos Cochinos una vez más se graba uno de los tantos realties shows que utilizan el archipiélago como escenario, los corales en el caribe como en el resto del planeta sufren del letal emblanquecimiento, como consecuencia de las altas temperaturas oceánicas incrementadas por el episodio más largo del fenómeno del Niño que se haya registrado.

El fenómeno del niño -el que ya pasó su punto pico- se inició en el año 2014 y se espera que terminará para el 2017. Mientras tanto el 93% de los corales de la barrera de Australia se han visto afectados, de igual manera ha incidido de forma devastadora en todos los corales del planeta. Los años 1998 y 2010 han sido consideradas como fechas aciagas, ante las graves consecuencias surgidas de los Niños más fuertes que han sido registrados en el planeta.

Los científicos señalan que el calor acumulado como consecuencia del cambio climático termina un 7% en la superficie terrestre mientras el restante 93% se acumula en los océanos, teniendo como resultado entre otros, el emblanquecimiento y posterior muerte de los corales, los que también se ven afectados por la acidificación de los océanos.

El archipiélago de los Cayos Cochinos forma parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano, y fue declarada como reserva marina en el año 1994, sin haber efectuado ninguna consulta con la comunidad. La reserva fue entregada al Instituto Smithsoniano para su manejo, generando un persistente intento de expulsión de la población Garífuna, ante la visón del Smithsonian de crear una reserva donde se excluyera la presencia humana.

Para el año de 1997 el Instituto Smithsoniano introdujo el buceo con tanque en la zona, técnica de pesca que hasta esa fecha no era utilizada por los Garífunas. Para inicios del nuevo milenio el Smithsonian se retiró y posteriormente las autoridades prohibieron el buceo con tanque ante la depredación que estaba causando. La actitud irracional de introducirlo y posteriormente restringirlo causó una serie de violaciones a los derechos humanos, por parte de la Fuerza Naval de Honduras.

Posteriormente se incorporó al manejo de la reserva marina la WWF, la cual para el año 2004 emitió un plan de manejo, el que aparentemente continúa vigente. El plan de manejo no fue consultado de forma apropiada con las comunidades, violentando de esta forma el Derecho a la Consulta, Previa, Libre e Informada. Las restricciones a los pescadores se incrementaron en la medida que aumentó el turismo en el archipiélago.

Para el año 2006 se inicia la utilización del archipiélago como escenario para grabar programas de televisión denominados realities shows, en los que usualmente personas provenientes de países industrializados pretenden "sobrevivir" en condiciones extremas. A los participantes en los shows televisivo se les permitió utilizar lugares vedados para la población local, encargándose la Fuerza Naval del hostigamiento a los pescadores que se atreven acercarse al cayo utilizado para las grabaciones, el que coincidencialmente es lugar donde los pescadores obtienen la carnada para su pesca. En el año 2008 uno de los pescadores afectados, hizo pública una nota intitulada "El derecho a la alimentación y la mentira de la conservación", en la cual resume su experiencia sobre los realities y la represión en el cayo.

Según artículo publicado por la antropóloga Keri Brodo, intitulado "Conservación Neoliberal, Derechos territoriales Garífunas y el Manejo de los Recuros en el Area Protegida de los Cayos Cochinos", la empresa italiana Magnolia, encargada de la primera grabación de un reality show en los Cayos, pagó la cifra de us$ 560.000. Hasta la fecha se han grabado más de una docena de programas en el archipiélago, sin que las comunidades del archipiélago reciban más que migajas, destinadas a granjearse el apoyo de los "favorecidos" de la Fundación Cayos Cochinos, mientras el grueso de la comunidad se ve expuesto a restricciones.

Se supone que la misión primordial de la Fundación Cayos Cochinos es la de la preservar la biodiversidad del archipiélago. No obstante cada día sale a relucir más la vocación de empresarios turísticos que de protectores del medio ambiente. Los miles de turistas que concurren cada año a visitar los cayos, sobrepasan la capacidad de carga del lugar, e incurriendo además en el aporte de emisiones de gases de invernadero que han colocado en jaque al planeta.

El ecosistema coralino es uno de los más frágiles del planeta y ya de por sí la misteriosa desaparición del erizo negro del caribe (diadema antillarum) -especie herbívora que mantenía el importante equilibrio entre algas y corales- es una señal de alarma, y su colapso aunado a la pesca del pez loro (Scarus coeruleus) pez herbívoro que actualmente mantiene el equilibrio entre algas y corales, más el aumento de la temperatura oceánica, colocan a los corales como una especie en extinción.

La muerte de los corales tiene severas consecuencias para el pueblo Garífuna, el cual históricamente ha dependido de la pesca artesanal, la que cada día es más exigua ante la destrucción causada por la flota pesquera industrial y sus redes de arrastre, las cuales han destruido tanto corales como los pastos marinos. Con la reciente aprobación de una nueva Ley de Pesca, la franja considerada como santuario de los pescadores artesanales desapareció, convirtiendo a los pescadores artesanales en un oficio casi en extinción.

Aunque no existe por el momento una evaluación de la situación de los corales en el Sistema Arrecifal Mesoamericano, es de temer que el impacto del niño 2014-2016 es más nocivo que en otros períodos del fenómeno ENSO (Niño-Niña). Cabe señalar que en la Florida en el 2005 murió la mitad de su barrera coralina como efecto del emblanquecimiento.

Mientras los corales mueren la farsa del reality ambiental continua en los Cayos Cochinos donde se ha dado un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos por la Fuerza Naval bajo las instrucciones de la Fundación Cochinos, la que se ha convertido más en una agencia de turismo y relaties shows que en una ONG encargada de velar por la biodiversidad en el archipiélago de los Cayos Cochinos.

Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH



Publicado: junio 2016

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